Esta semana volvió al debate el nivel de atribuciones otorgadas por el Congreso al nuevo Sernac, a raíz de que la Cámara Nacional del Comercio (CNC) ingresó un documento al Tribunal Constitucional con el fin de frenar su avance, mientras el proyecto de ley se encuentra en un trámite rutinario de control legal, instancia previa a su promulgación y publicación como ley en el Diario Oficial. El texto denominado "téngase presente" que fue presentado el lunes en la noche por el presidente de la CNC, José Manuel Melero, busca ampliar la cantidad de normas que deben ser objeto de revisión por parte del tribunal y pide que se pronuncie sobre la posible inconstitucionalidad de varias de esas disposiciones.

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Como principio, es positivo que exista una entidad, en este caso el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac), que se encargue de proteger al consumidor ante el abuso de algunas empresas, y que haya aumentado su poder.

Sin embargo, en este caso sus facultades van algo más allá, pues Sernac se transforma en juez y parte. Pero adicional a dichos reparos, existe un ámbito que no fue abordado en este proyecto. Y es que la relación entre ambas partes (empresa y consumidor) queda al debe en el sentido contrario. Es decir, no dice nada cuando la empresa es víctima del abuso de algunos usuarios.

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Ejemplos de lo anterior existen varios, como cuando por un evidente error las aerolíneas publican pasajes a valores ridículos y luego son obligadas a venderlos a esos valores. Dado que el Sernac volvió a la discusión pública, sería positivo que también esta visión de responsabilidad por parte de los usuarios se instale definitivamente en la sociedad.