Se ha convertido en una especie de rutina para la economía china: un lento inicio de año alimenta las preocupaciones del mercado antes que políticas más expansivas de Beijing pongan en marcha el crecimiento antes de fin de año.

La primera mitad de esta rutina, que ocurrió en 2012 y 2013, está de nuevo en pleno apogeo. Las cifras publicadas ayer mostraron que prácticamente cada parte de la economía de China, desde fábricas a centros comerciales y sitios de construcción hasta astilleros, tuvieron un comienzo débil en 2014. Los commodities que están ligados de cerca al crecimiento de China, tales como el cobre y el mineral de hierro, han estado bajo una fuerte presión en los mercados.

La pregunta que determinará el destino de la economía china durante el resto de este año y más allá es si la segunda mitad de esta rutina -un cambio hacia una política más expansiva- también se repetirá. Con los líderes (el presidente Xi Jinping y el primer ministro Li Keqiang) comprometiéndose a impulsar reformas estructurales profundas tras su primer año completo en el poder, la respuesta es más incierta que en el pasado.

"Siempre hemos visto a los nuevos líderes como menos pro-crecimiento, pero una desaceleración tan pronunciada es más de lo que pueden soportar", dijo Wei Yao, analista de Société Générale.

La profundidad de la desaceleración de China al comienzo de este año ha sorprendido a todos los analistas. Las cifras de ayer fueron la imagen más completa de la economía china en 2014 (las cifras de enero y febrero se publican en conjunto para reducir las distorsiones causadas por el momento del año nuevo lunar) y no fue una imagen positiva.

La producción industrial se desaceleró a 8,6% anual en los primeros dos meses del año, por debajo del 9,7% de diciembre e incumpliendo las proyecciones de 9,5%. Fue la lectura más débil para la producción industrial, que sigue de cerca al crecimiento económico general, desde agosto de 2009.

Las ventas de las viviendas, que en el pasado han servido como un indicador líder para la demanda de commodities de China, estuvieron excepcionalmente débiles. Cayeron 3,7% anual, por debajo del incremento del año pasado de 26,3%.

La inversión en activos fijos y las ventas del retail también cayeron, quedando muy detrás de las expectativas de los analistas.

La desaceleración en China es en gran parte producto de los propios efectos del gobierno por contener los riesgos financieros tras un aumento en los niveles de deuda en los últimos cinco años.

En el segundo semestre de 2013, el banco central drenó efectivo desde la economía para elevar los costos de financiamiento y también reducir la influencia de los "bancos en las sombras". Xi también hizo una campaña contra la corrupción y el gasto de los funcionarios, lo cual ha hecho  mella en el consumo de manera más amplia.

En el congreso anual de China, que concluyó ayer, el gobierno mantuvo su meta de crecimiento de 2014 igual a la del año pasado (7,5%). Pero a diferencia de otros años, los funcionarios han destacado la flexibilidad de la meta. "Un poco más alta o un poco más baja, tenemos un nivel de tolerancia", dijo Li en la conferencia de ayer.

En una señal de su alto umbral de dolor, el gobierno se negó la semana pasada a rescatar a Chaori, fabricante de paneles solares, cuando no pudo cumplir con el pago del interés de un bono. Fue la primera empresa en la historia moderna en caer en default en el mercado de bonos local de China.

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