Un costo desde los US$530 millones tendría para las aseguradoras la implementación de las nuevas tablas de mortalidad a las pólizas de renta vitalicia vigentes, luego que ayer la Superintendencia de Valores y Seguros informara el mecanismo para que las compañías consideren la mayor longevidad de las personas en sus productos previsionales.

Las nuevas tablas, contemplan que las mujeres afiliadas al sistema de pensiones que hoy tienen 60 años (edad legal de jubilación) vivirán en promedio hasta los 90,31 años, esto es 1 año y 2 meses más respecto de las tablas vigentes; en tanto que los hombres que hoy tienen 65 años (edad legal de jubilación), se estima que su esperanza de vida llegará en promedio a 85,24 años, esto es 7 meses más respecto de las tablas actuales. Por este mayor nivel de vida, las compañías aseguradoras que venden rentas vitalicias, la principal modalidad de retiro de los chilenos, deberán aumentar sus reservas para extender las pensiones por un mayor lapso.

Para el stock de pólizas emitidas antes del 1 de julio de 2016, la SVS estableció un mecanismo de reconocimiento gradual del efecto de las nuevas tablas en las reservas, en un período de seis años, contados desde el 1 de julio de 2016. La gradualidad fue establecida en consideración al impacto que tendrán en las reservas de las pólizas ya emitidas a la fecha de entrada en vigencia, que en promedio alcanzará a 1,48%. También se permitirá la posibilidad de que las aseguradoras reconozcan en forma inmediata el efecto.

Para el director senior de seguros de Fitch Ratings, Rodrigo Salas, la gradualidad apunta a no afectar de golpe los ratios del sistema y las métricas de desempeño de la industria. “Con ello se permite ir fortaleciendo el patrimonio a medida que se va reconociendo las tablas y no pedir que se realicen aumentos de capital de golpe”, dijo. Respecto a los efectos en las pensiones, el analista estimó que probablemente exista un traspaso que afecte estos montos, pero destacó que existen otros factores que también entran en juego como el retorno esperado de las inversiones.