El nuevo presidente de Irán, Hassan Rohani, ha prometido "negociaciones más directas y serias" con las potencias mundiales acerca del programa nuclear de su país, diciendo que la República Islámica estaba "seriamente determinada a romper años de punto muerto".

En su primera conferencia de prensa desde que asumió el poder el fin de semana, el clérigo centrista insistió en que Irán no abandonaría su programa nuclear. También advirtió a Estados Unidos y otras potencias occidentales que estaban cometiendo "un profundo error si creían que podrían imponer sus demandas a Irán a través de amenazas".

Pero insistió que Irán avanzaría en su programa nuclear, el cual siempre ha insistido que tiene fines civiles, "sobre la base de la ley internacional" y dejó claro que Teherán estaba ansioso de entrar en nuevas negociaciones con las potencias occidentales.

Rohani dijo que el occidente había oído el mensaje iraní: "la interacción y las negociaciones constructivas y la remoción de las preocupaciones bilaterales irían en beneficio de ambas partes. Estamos buscando un juego de ganar-ganar".

Rohani, ex negociador nuclear que convenció al régimen de suspender el enriquecimiento de uranio entre 2003 y 2005, fue elegido en junio en medio de sus promesas de combatir una crisis económica causada por las sanciones internacionales y volver a comprometerse con el resto del mundo.

Su elección provocó esperanza de un mayor progreso en las negociaciones nucleares estancadas por un largo tiempo, lo cual el occidente espera que lleve a que Irán detenga las partes más beligerantes del programa.

Jen Psaki, del departamento de estado de EEUU, dijo que la "pelota estaba en la cancha de Irán".

Funcionarios estadounidenses dijeron que la posición del nuevo gobierno iraní no estaría clara hasta que se retomen las negociaciones en septiembre.

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