Estados Unidos pondrá a prueba los impuestos chinos sobre la importación de vehículos estadounidenses, en un contra-ataque programado para coincidir con el tour de Barack Obama a los estados manufactureros que será fundamental en la elección presidencial.
La “medida coercitiva” permite a EEUU exigir consultas formales con China en la Organización Mundial del Comercio en Ginebra. Mitt Romney, contrincante republicano de Obama, ha acusado al mandatario de no enfrentarse a China en temas comerciales. “Mientras estemos compitiendo en una cancha justa, lo estamos haciendo muy bien - y yo voy a hacer que la competencia sea justa”, dijo Obama a las multitudes en Toledo, Ohio.
El ascenso de China se está convirtiendo en un factor importante en las elecciones para los estados industriales, donde el gigante asiático es a menudo representado como un comerciante desleal que está vaciando la fabricación local.
En un anuncio de televisión en Ohio el mes pasado, Romney prometió declarar a Beijing “un manipulador de divisas” en su primer día en el cargo. Una portavoz de Romney dijo: “El candidato Obama puede hacerse el duro y hablar de enfrentarse a China y luchar por la manufactura estadounidense, pero el presidente Obama simplemente no ha cumplido. China sigue jugando bajo sus propias reglas”.
Tanto Ohio y su vecino Michigan dependen de la industria automotriz, gran parte de la cual fue rescatad por el gobierno en 2009. Romney se opuso al plan de rescate de GM y Chrysler, diciendo que deberían haber pasado a través de los procedimientos de quiebra para las empresas privadas. El gobierno de Obama argumenta que no había dinero privado disponible en ese momento.
China dijo el año pasado que el apoyo de Washington para la industria automotriz local era un subsidio del gobierno e ilegal bajo las reglas de la OMC. La decisión de China de fijar impuestos antidumping y compensatorios, que van desde 2,0% hasta 12,9%, alcanzaron 92.000 vehículos con un valor de US$3.300 millones en las exportaciones, de acuerdo a la Casa Blanca.
Estados Unidos mantiene que China estableció los impuestos sin pruebas suficientes de mala conducta y no fundamentó sus reclamos de daño a la producción de China.
Las importaciones de EEUU constituyen una parte pequeña del mercado de vehículos de China, el mayor del mundo. Sin embargo, las exportaciones de los SUV de alta gama a China son excepcionalmente rentables, de acuerdo a Michael Dunne en Hong Kong, consultor de la industria automotriz china.
La decisión de llevar a China a la OMC se produce en el primer día del tour en bus de Obama por Ohio y Pensilvania, dos estados clave para sus esperanzas de reelección. El mes pasado, la OMC respaldó a EEUU en su desafío a los impuestos de China en productos de acero eléctricos de alta gama, que pueden haber llevado al gobierno de Obama a iniciar un procedimiento en materia de impuestos de automóviles también.
Los funcionarios estadounidenses han atacado repetidamente a China por “abuso” de las medidas comerciales correctivas, y esperaban que la victoria sobre el acero de alta gama - también producido principalmente en Ohio y Pensilvania - sirviera como un “precedente” para decisiones futuras.
Jay Carney, vocero de Obama, negó que el momento del anuncio fuera político: “Esto ha estado en desarrollo durante muchos, muchos meses, y es un hecho. No puede de repente ser una acción política porque ocurre durante la campaña”.
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