El presidente estadounidense, Barack Obama, estuvo ayer bajo la presión de China y el jefe del Consejo Europeo a alejarse de su búsqueda de una solución militar en Siria.
En medio de la alta tensión diplomática en la cumbre del G20, Obama llegó a San Petersburgo con la comunidad internacional dividida sobre la respuesta al supuesto ataque con armas químicas en Damasco el mes pasado.
El viceministro de Finanzas de China, Zhu Guangyao, dijo que perjudicaría a la economía global si los precios del petróleo se disparan, mientras el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy enfatizó la necesidad de enfrentar la crisis de Siria "a través de un proceso en la ONU". Van Rompuy dijo en una conferencia de prensa que "no hay una solución militar al conflicto de Siria, sólo puede haber una solución política".
La presión adicional hacia el presidente estadounidense se dio luego que el Papa Francisco escribiera una carta a la cumbre dirigida por el presidente Vladimir Putin, quien se opone a los planes estadounidenses.
"Hago una sentida apelación para que ellos ayuden a encontrar formas de superar las posiciones en conflicto y que dejen de lado la inútil búsqueda de una solución militar", dijo.
Mientras, Francia y Reino Unido -que se excluyó a sí mismo de la intervención militar en Siria- siguieron apoyando el plan de Obama de poner en vigor su "línea roja" y castigar al régimen de Al-Assad por el supuesto uso de armas químicas.
David Cameron, primer ministro británico, dijo que Reino Unido había realizado pruebas que habían encontrado evidencia de gas sarín en muestras tomadas del lugar del ataque químico el 21 de agosto en la capital siria.
Putin públicamente trató de calmar las tensiones en Siria, lo cual se discutió a puertas cerradas en una cena al final del primer día de la cumbre.
El miércoles, Putin acusó al secretario de estado de EEUU, John Kerry, de mentirle al congreso estadounidense en declaraciones acerca de los rebeldes sirios.
Sin embargo, Putin saludó a Obama a su llegada a la cumbre con un apretón de manos. Obama sonrió ampliamente y se le escuchó elogiar como "hermoso" el Palacio Konstantinovsky, el lugar de la cumbre ubicado en una isla en el Golfo de Finlandia.
Todavía no han agendado una agenda bilateral, aunque el representante de Putin, Dmitry Peskov, dijo que era posible una conversación hoy al margen de la cumbre.
Peskov hizo una larga pausa al ser consultado sobre la relación personal de Obama y Putin. "Es como debe ser la relación entre dos líderes de dos países que son responsables por la seguridad global".
El mes pasado, Obama comparó a Putin con un "niño aburrido al fondo de la sala" y sacó de la agenda una reunión separada con él, que originalmente se realizaría antes de la cumbre del G20. De esta manera reaccionó a la decisión de Rusia de dar asilo político a Edward Snowden, el ex contratista de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos que filtró documentos secretos.
Estados Unidos ha acusado a Rusia de bloquear una votación clave en el consejo de seguridad de la ONU sancionando el uso de la fuerza contra el régimen sirio de Bashar al-Assad, tras el supuesto ataque con armas químicas a civiles. Obama dice que tiene pruebas de que fue el régimen el que usó las armas, mientras Rusia insiste en que fueron los rebeldes quienes lo hicieron como provocación para ganar la simpatía internacional.
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