El presidente estadounidense Barack Obama dijo ayer que la mayor desigualdad es el "conflicto definitorio de nuestro tiempo" y afirmó que la tendencia que ya lleva décadas, estaba socavando el crecimiento económico y la cohesión política y social en EEUU.

En un discurso en Washington, Obama revisó el impacto de la declinación en los salarios desde los '70 y defendió el rol del gobierno en aliviar la caída. Obama renovó el llamado a subir el sueldo mínimo federal, algo que ninguna cámara en el congreso probablemente respalde, pero no ofreció ninguna propuesta política para abordar el problema que dijo afectaba a muchos países desarrollados.

También vinculó el éxito de su ley de salud, que ha tenido dificultades desde su lanzamiento en octubre, a la disminución de la desigualdad en los ingresos. El discurso de Obama, sin embargo, podría sumar un lastre a la campaña, en gran medida de la izquierda, de hacer tanto a la desigualdad un tema más potente, y de humillar a las empresas para que pague sueldos mínimos más altos.

"Por el resto de mi presidencia, en eso es donde espero enfocar todos los esfuerzos", señaló.

Muchos estados y ciudades de EEUU han aprobado aumentos al sueldo mínimo en el último año, pero los republicanos del congreso se oponen a esa medida, citando como argumento al persistentemente alto desempleo.

Arthur Brooks, del think tank conservador American Enterprise Institute, dijo que la idea de Obama era una "locura".