El 12 de enero, Chile emitió deuda en el mercado internacional a través de dos bonos: uno por 1.200 millones de euros y otro por US$1.240 millones. Más allá de las palabras del ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, en cuanto a que “fue importante validar que hay una gran confianza en Chile”, lo cierto que días después se conocieron reparos de algunos actores del mercado financiero, que argumentaron que hubiese sido más “barato” emitir en el mercado local.
Más allá de las condiciones en que se colocaron los dos bonos de Hacienda, esta situación se podría extrapolar a nivel de bonos corporativos, puesto que analistas sí están dando cuenta que las condiciones para que las empresas emitan o refinancien deuda fuera de Chile no están siendo las más convenientes.
Felipe Lubiano, analista senior de renta fija en Credicorp Capital, señala que en la actualidad las tasas en dólares están muy altas respecto a las locales. Para hacer más evidente explica que el spread de las emisiones en dólares con respecto a su histórico se ha ampliado casi 50 puntos base, añadiendo que, en general, muchos de los bonos que están emitidos afuera se están transando a tasas más altas respecto a las logradas cuando fueron colocados.
“Ese indicador podría ser una señal de que quizás las compañías, en función de la exposición de moneda, podrían preferir el mercado local”, destaca.
A ello hay que sumarle el tema cambiario. El año pasado, el dólar cerró con un alza de más de $100, lo que obviamente impacta a las empresas que están endeudadas en la moneda estadounidense. Muchas de esas empresas podrían preferir refinanciar dichas obligaciones en el mercado de bonos local.
Ambos puntos podrían llevar a que en este 2016 el mercado de deuda chileno se muestre más activo de lo que fue 2016. De hecho, en 2015 fueron los bancos los que marcaron la pauta en materia de emisiones y las pocas colocaciones corporativas que hubo fueron para refinanciar deuda, reafirmando lo visto desde hace ya un buen tiempo y que se refiere a que las empresas prácticamente no están realizado nuevas inversiones en función de un contexto más incierto, tanto a nivel local como internacional.
Aldo Reyes, gerente general de Humphreys (ver entrevista), señala que la base de comparación respecto a 2015 es tan baja que por ese hecho debiera aumentar. A eso, añade, habría que sumarle los vencimientos de deuda que se darían a lo largo del año. “Hay muchos vencimientos que tienen que financiarse”, puntualiza, indicando que como se espera una curva de tasas ascendente algunas empresas podrían adelantar los refinanciamientos a 2016.
Según Felipe Lubiano, “es casi burdo salir a refinanciar a esos niveles de tasas y podría preferirse, en ese caso, considerando el riesgo que se ve de tipo de cambio, refinanciar en tasa local”.
¿Y qué se espera en materia de vencimientos?
De acuerdo a las cifras de LVA Indices, las empresas locales -sin consideran a los bancos- deberán hacer frente este año a compromisos por alrededor de US$247.000 millones, contundente cifra que considera las amortizaciones y el pago de intereses. En el caso del flujo de 2015 (ver gráfico) involucra también los prepagos realizados el año pasado y que al ser eventos extraordinarios no están considerados en las previsiones de 2016 y 2017.