La Organización Mundial de Comercio (OMC) corrigió al alza su estimación para el comercio mundial este año, aunque advirtió que los riesgos para esa perspectiva son "significativos y son predominantemente a la baja".
La institución radicada en Suiza proyecta que el volumen del comercio de bienes a nivel global, medido como el promedio de las exportaciones y las importaciones, se expandirá 4,4% en este ejercicio, lo que se compara con el cálculo de 3,2% realizado en septiembre del año pasado y con el crecimiento de 4,7% en 2017, que fue el ritmo más acelerado en seis años. Para 2019, anticipa un avance de 4%, cifra que estaría por debajo de la tasa media de 4,8% desde 1990, pero todavía "firmemente" por encima del promedio de 3% en el período posterior a la crisis financiera.
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"Esta es una buena noticia. Representa la mejor racha de expansión del comercio desde antes de la crisis, apoyando el crecimiento económico, el desarrollo y la creación de empleos alrededor del mundo", aseguró en una conferencia de prensa Roberto Azevêdo, director general del organismo.
La autoridad enfatizó que estos pronósticos "no consideran la posibilidad de una dramática escalada en las restricciones comerciales".
RIESGOS A LA BAJA. En su declaración -la primera desde que Estados Unidos anunció los aranceles contra los productos chinos, lo que fue seguido por un contraataque de Beijing-, Azevêdo advirtió que el progreso visto hasta ahora "podría verse rápidamente debilitado si los gobiernos recurren a políticas comerciales restrictivas, especialmente en un proceso de ojo por ojo que podría llevar a una escalada inmanejable".
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El brasileño añadió que "un ciclo de represalias es la última cosa que la economía mundial necesita" y reiteró su llamado a que los miembros resuelvan sus diferencias a través del diálogo y un compromiso serio.
Según el informe, hasta hace poco, los riesgos parecían estar más equilibrados que en cualquier otro momento desde 2008, pero "a la luz de los recientes acontecimientos de política comercial, ahora deben ser considerados como inclinados hacia la baja".
Este mensaje fue reforzado por el jefe de la OMC, quien sostuvo que los riesgos "son significativos y son predominantemente a la baja".
Si bien no es posible detallar con exactitud los efectos de una intensificación de la disputa entre las dos mayores economías del mundo, Azevêdo alertó que "claramente podrían ser serios", ya que "un colapso en las relaciones comerciales entre grandes jugadores descarrilaría la recuperación que hemos visto en años recientes, amenazando la expansión económica en curso y poniendo los trabajos en riesgo".
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El ejecutivo acotó que, en una economía interconectada como la actual, las consecuencias serían "globalizadas" y que los países pobres arriesgan ser los mayores perdedores, por lo que "tenemos que hacer todo lo que podamos para evitar una mayor escalada".
El reporte de la OMC aseguró que ya hay señales de que las crecientes tensiones podrían estar afectando la confianza empresarial y las decisiones de inversión.
¿GUERRA COMERCIAL? Durante la conferencia de prensa, se le consultó a Azevêdo si es que el mundo ya estaba viviendo una guerra comercial, a lo que él respondió que, técnicamente, "no estamos ahí todavía".
El líder de la OMC recordó que se anunciaron una serie de medidas anti-comercio, pero varias de ellas aún no se han concretado y, además, se están desarrollando conversaciones al respecto.
Sin embargo, aseveró que "políticamente, creo que podríamos estar viendo el comienzo de eso" y reiteró que "eso es exactamente lo que les he estado pidiendo a los miembros que traten de evitar".