La ONU declaró ayer que había encontrado "evidencias convincentes y claras" de que cohetes de superficie a superficie cargados con el agente nervioso sarín habían sido utilizados para llevar a cabo asesinatos masivos el mes pasado.
En su primera evaluación independiente de los ataques llevados a cabo el 21 de agosto, un equipo de inspectores de la ONU dijo que la masacre "inequívocamente" incorporó el uso de armas químicas a una "escala relativamente grande". Los inspectores dijeron que en remanentes de las municiones capaces de "llevar una carga química" se "encontró que tenían sarín", y habían sido descubiertas en Damasco oriental. El reporte se publicó horas después de una nueva disputa entre EEUU y Rusia sobre si el proceso para quitarle a Siria sus armamentos químicos deberían incluir la amenaza del uso de fuerza si no cumple.
Ban Ki-Moon, el secretario general de la ONU, dijo que presentaba el informe al Consejo de Seguridad con una "gran tristeza" y describió el ataque como un "crimen despreciable". Agregó que era la confirmación más importante de uso de armas químicas contra civiles desde que Saddam Hussein las usó en Halabja en 1988.
Laurent Fabius, ministro de Relaciones Exteriores de Francia, dijo que el reporte era "abrumador, confirmando el uso masivo de gas sarín. No deja dudas del origen del ataque".
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