Outsourcing indio se ve más amenazado que amenazante




En momentos en que los candidatos presidenciales de EEUU están atacándose mutuamente por enviar empleos al extranjero, la industria aparentemente todopoderosa del outsourcing en India está experimentando una emoción inesperada: la duda.

Los grupos de back-office y de software del subcontinente debieran estar acostumbrados: en época de elecciones, habitualmente se les apunta por tentar a las empresas estadounidenses en el extranjero y amenazar a los trabajadores en problemas.

Típicamente su respuesta es, si no relajada, entonces por lo menos filosófica: Mitt Romney puede llamar al presidente Barack Obama el “outsourcer en jefe” si gusta, pero ni él ni su oponente parecen preparados para poner límites prácticos al traslado de empleos al extranjero.

Pero los últimos ataques se producen en momentos de inusual introspección, en medio de señales de que el más celebrado sector exportador de India enfrenta fuertes cambios estructurales. En las ciudades de India, el outsourcing se siente más amenazado que amenazante.

Las causas inmediatas están en el corto plazo. Los cuatro mayores grupos de tecnología de información de India -Tata Consultancy Services, Infosys, Wipro y HCL Technologies- terminaron de reportar sus cifras trimestrales la semana pasada, mostrando resultados mixtos. Todas están sufriendo a medida que las empresas estadounidenses y europeas, que representan la mayoría de sus clientes, se enfrentan al bajo crecimiento. Este año el sector crecería entre 11% y 14%; una tasa impresionante, pero apenas la mitad del ritmo de mediados de los ‘2000.

Las preocupaciones se han enfocado en particular en la ex estrella Infosys, cuya creación a comienzos de los ’80 por un grupo de empresarios con apenas US$250 de capital, es lo más cercano que tiene el país a un mito fundacional. Ahora la reputación de altos márgenes y rápido crecimiento ha sido reemplazada por bajas metas de ingresos y un sentido de desvío en el rumbo de la gerencia.

Muchas de las dificultades que enfrenta Infosys y otros se aliviarán cuando las economías del mundo industrializado repunten, tal como pasó tras la caída de 2008. Pero debajo de esto hay por lo menos tres razones más profundas para sugerir que algunas preocupaciones de la industria son justificadas.

Lo primero puede ser un alivio para los ansiosos candidatos presidenciales de Estados Unidos: la investigación sugiere que muchos de los empleos del sector servicios que pueden enviarse al exterior ya se han ido.

Cifras de la consultora Hackett Group revelan que en las empresas más grandes de Estados Unidos el número total de trabajos que podrían realizarse en el exterior en áreas como finanzas, recursos humanos y tecnologías de la información habrá caído a apenas 1 millón en 2016, desde cerca de 4 millones hace una década.

Pero hay una segunda preocupaciones, y es que algunas de las empresas más grandes pueden estar volcándose contra la idea todas juntas, en medio de preocupaciones de que la molestia de subcontratistas supere las ganancias por reducción de costos.

Un ejemplo de esto se produjo en julio: el director de información de General Motors dijo a la revista Information Week de sus radicales planes para recortar los proyectos de TI externos. Argumentando que la dependencia del fabricante de automóviles estadounidense sobre los contratistas llevaría a una toma de decisiones más lentas, él reduciría la proporción de tal trabajo realizado fuera de la compañía desde 90% a sólo 10%.

La preocupación final es que ninguno de los grupos de TI de India ha logrado superar lo que los analistas llaman el problema del crecimiento “no lineal”. Ahora, su industria de tecnología sigue siendo intensiva en mano de obra, Infosys emplea 150 mil trabajadores, debido a que los nuevos contratos implican más gente en los call centers, limitando la rentabilidad.

Hay respuestas a estos desafíos. Si los mercados en Estados Unidos y Europa se ven saturados, el crecimiento debe venir del resto del mundo, especialmente de las naciones emergentes como China, e incluso la misma India. Estas empresas también necesitan moverse hacia servicios TI más refinados que puedan venderse a muchos clientes sin incrementar el número de trabajadores, y expandirse más allá de servicios básicos de negocios, en los cuales ellos ya enfrentan una creciente competencia de Filipinas.

Sobre lo último, la oportunidad es amplia. Las poderosas fuerzas tecnológicas que llevaron al economista de Princeton Alan Blinder a predecir el traslado de decenas de millones de trabajos de estadounidenses en las próximas décadas -un proceso que catalogó de “la próxima revolución industrial”- no han desaparecido.

Pero, en India al menos, hasta que este sector una vez estelar encuentre una estrategia atractiva para la próxima etapa en su crecimiento, los candidatos estadounidenses tendrán menos de qué preocuparse de lo que creen.

COPY RIGHT FINANCIAL TIMES

© The Financial Times Ltd, 2011.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.