El Fondo proyecta una tasa de crecimiento de 3,9% para la economía global en 2018 y 2019. ¿Cuáles son los factores detrás de esta sólida perspectiva?

-Una de las cosas es una inversión global más sólida, que vimos que se fortaleció en 2017 después de dos años de un desempeño realmente deslucido. Esto es especialmente destacado en la zona euro y Japón, donde las políticas macroeconómicas flexibles han jugado un rol clave.

Otra área donde vimos una inversión más sólida es en los exportadores de materias primas. Después de la caída en los precios de las materias primas hubo una contracción muy fuerte en la inversión en países como Rusia y Brasil, donde las cosas ahora están mucho más estables. Eso significa una demanda global más sólida.

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Más allá de estos países, tenemos un repunte en el comercio global, lo que ha ayudado a transmitir una demanda más fuerte a otras partes del mundo.

¿Cuáles son los mayores riesgos?

-Hemos estado subrayando los riesgos por algún tiempo. Las condiciones financieras son muy flexibles y es probable que mantengan su apoyo, pero algunos de los riesgos se relacionan con esas condiciones. Las condiciones financieras son flexibles, en parte, porque la política monetaria es flexible, y ésta es flexible porque la inflación se ha demorado en repuntar. Pero si la inflación repunta un poco más rápido, por ejemplo en EEUU, donde la política fiscal se va a volver fuertemente expansiva, entonces podríamos ver que las condiciones financieras se vuelvan más restrictivas y eso podría enfriar la recuperación.

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Las condiciones financieras también son bastante flexibles en algunos mercados emergentes, incluyendo China. Si se mantienen flexibles por mucho tiempo, también es un riesgo, porque aumentarían las vulnerabilidades y podría haber una corrección más adelante.

¿Y la posibilidad de una guerra comercial?

-Las tensiones comerciales que hemos visto recientemente también podrían gatillar un ajuste en el mercado financiero y enfriar el crecimiento. Tales restricciones podrían dañar el crecimiento a largo plazo. La economía mundial se ha beneficiado durante décadas de un sistema comercial muy estable y predecible y, si sacas esas condiciones, la inversión sufriría. Los mercados financieros podrían volverse volátiles.

¿Cuán preocupado está el FMI de la reciente escalada entre EEUU y China?

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-Estamos mirando esto de cerca. Todavía está en una etapa en la que es difícil hacer estimaciones precisas. No tenemos una guerra comercial en nuestro escenario base, pero es un riesgo a la baja importante.

¿Qué países están más expuestos a una potencial guerra?

-En este momento, el comercio es muy globalizado, muchos países están conectados entre ellos a través de lo que llamamos las cadenas globales de valor. Por ejemplo, muchos países en Asia del Este están fuertemente conectados con China a través de las cadenas globales de valor y todos se verían afectados, pero no está restringido a una sola región. En general, la mayoría de los países se verían afectados por las fuertes tensiones comerciales entre las grandes economías.

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Hemos visto un repunte gradual en la inflación en las economías avanzadas. ¿Cuál es la perspectiva para los precios?

-Estamos enfatizando que hemos visto señales, como lo esperábamos, dado el crecimiento más sólido, de un repunte en la inflación, pero en general ha sido bastante suave. EEUU está cerca del pleno empleo ahora y se está embarcando en una política fiscal más expansiva, por lo que se espera que la inflación repunte más rápido. En la zona euro y Japón, aún vemos la inflación muy por debajo de la meta.

¿Cómo ve la normalización de la política monetaria?

-Está muy estrechamente conectado con el panorama de la inflación. En EEUU, donde el repunte es mucho más pronto y rápido, esperamos una normalización de la política monetaria mucho más rápida. EEUU está mucho más adelantado que otros países en términos de ajuste de la política monetaria. De hecho, ha habido muy pocos cambios en la zona euro y Japón. El BCE reducirá gradualmente el tamaño de sus compras, pero las tasas de interés a corto plazo todavía son negativas y se espera que suban muy gradualmente. En Japón, la normalización está incluso más lejos, porque la inflación está muy por debajo de la meta.