Vikram Pandit sorprendió ayer a Wall Street  al renunciar al puesto de presidente ejecutivo de Citigroup luego de disputas con la junta sobre una serie de errores del banco, dijeron personas cercanas a la situación.

Personas dentro de Citi dijeron que Pandit optó por irse inmediatamente luego de una tensa discusión que tuvo el lunes con la junta. Uno de ellos dijo que el asunto subyacente era el fracaso de Citi al no haber pasado pruebas de stress hechas por la Reserva Federal a comienzos de este año, una derrota en los votos de "say and pay" (voto de los accionistas sobre las remuneraciones de los ejecutivos) y el manejo de la venta de participaciones del banco en Smith Barney, el corretaje de retail, a Morgan Stanley.

John Havens, jefe de finanzas y un aliado cercano de Pandit, dijo que estaba enfurecido sobre el trato de la junta hacia Pandit y también renunció.

El caos fue el último retroceso del banco con activos por un total de US$1,9 billones (millón de millones) que, en sus inicios en 1998 a través de la fusión del Citicorp de John Reed y Travelers de Sandy Weill, fue declarado "en estado de gracia" en el mercado financiero. Desde su peak en la burbuja crediticia, el precio de la acción ha caído más de 90% y apenas eludió la nacionalización.

Citi retrató la partida de Pandit, luego de cinco años al mando, como amigable. Pandit, de 55 años, le dijo a Financial Times que había tomado la decisión y le dijo a Mike O'Neill, presidente del comité, el lunes: "Cuando tomas un decisión, sigues adelante; no creo en sesiones salientes".

Su sucesor, Michael Corbat (52), ha estado en la compañía desde 1983. Su rol más reciente era jefe de Europa, Medio Oriente y África. Antes lideraba Citi Holdings, el llamado "banco malo" donde Citi mantenía sus activos tóxicos. Esta era la estrategia clave de Pandit para intentar restaurar la confianza de los inversionistas.

El anuncio se hizo justo un día después de que el banco anunciara sus ganancias de tercer trimestre, que estuvieron mucho más bajas pero mejores de lo que los analistas pronosticaban, y llegaron como una sorpresa para los banqueros de Citi y analistas externos.

Aunque Pandit había trabajado con su junta planeando su sucesión durante los últimos meses, no había esperado irse antes de que Citi completase su rehabilitación post-crisis.

En una declaración, O´Neill rindió homenaje a Pandit. "Desde su designación a comienzos de la crisis financiera… Vikram ha reestructurado y recapitalizado la compañía, fortalecido nuestra franquicia global y reenfocando el negocio".

Pero su desempeño en el último año ha sido enfrentado con un gran escrutinio. Fue criticado por la pérdida que tuvo Citi en la venta de su participación en Smith Barney.

Pandit se convirtió en presidente ejecutivo en 2007 luego de que su predecesor, Chuck Prince, renunciara luego de que el banco reportara crecientes perdidas relacionadas a la crisis subprime. Él guió a Citi a través de la crisis pero se enfrentó a críticas por parte de reguladores e inversionistas, culminando con la Fed bloqueando una liquidación de capital en marzo y con accionistas votando en contra del esquema de pagos de Pandit en abril.

Mike Mayo, analista de CLSA y un crítico frecuente de Pandit y el banco, dijo que el sistema de remuneración en particular había irritado a los inversionistas. "Una combinación de mala supervisión, divulgación inadecuada y un sistema de retribución que a nuestro juicio fue manipulado, da al capitalismo de EEUU un mal nombre y diluye su legitimidad moral", dijo.

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