Si hay una autoridad que sabe de café en Colombia, ese es Juan Manuel Santos. Durante nueve años, el actual mandatario colombiano, representó a su país ante la ante la Organización Internacional del Café en Londres, máximo organismo que agrupa a los productores del grano en el mundo.

Durante casi toda la década de los ‘70, período en el que Colombia gozaba de la bonanza del café, Santos se convertía en uno de los mayores conocedores del producto y representante del gremio mandatado por el gobierno. No por nada, en medio del conflicto, que ya se extiende por más de una semana, Santos afirmó: “Quienes me quieren poner como enemigo de los cafeteros, se equivocan. Eso es un imposible categórico, los cafeteros siempre van a estar en mi corazón”, dijo el mandatario ad portas de un acuerdo que entregaba más de US$330 millones al gremio y que fue  firmado el domingo. Sin embargo, el trato no logró concenver a la totalidad de los cafeteros.

Pero ayer el paro se reactivó con más fuerza dando cuenta no sólo de la escisión al interior del gremio de productores del café, sino que además de la incapacidad del gobierno de prever los alcances del conflicto.

“Tomó por sorpresa la severidad de la situación y la posibilidad de que creciera”, afirmó a PULSO Angélika Rettberg, Directora del departamento de Ciencia Política de la Universidad de Los Andes, en Colombia.

MINISTROS A TERRENO
A una semana de iniciado el conflicto, Santos ordenó a los ministros de las carteras de Defensa, Interior, Trabajo, Hacienda y del Diálogo Social viajar al eje cafetero para atender las situaciones más críticas que ha ocasionado la toma de caminos en las zonas de Huila, Caquetá, Antioquia, Nariño y Cauca, pertenecientes al eje cafetero.

Pero el paro cafetero no es el único conflicto que ha explotado en Colombia. El gremio del transporte reclama por las alzas en los combustibles, que debían disminuir su valor una vez aprobada la reforma tributaria en Colombia, que rige hace casi dos meses. Adicionalmente, más de cinco mil trabajadores de la mina de carbón más grande de Colombia, Cerrejón han paralizado sus labores por tres semanas solicitando incremento salarial, mejor salud, educación y transporte, entre otras demandas.

Según Luis Patiño Aristizábal, director de Ciencia Política de la Universidad Bolivariana de Colombia, el gobierno del presidente Santos carece de capacidad para anticiparse a los conflictos, “no es capaz de evitarlos y cuando está en la crisis no es capaz de evitar que escalen”, afirmó a PULSO.

POLITIZACIÓN DEL PARO
El gobierno reaccionó ante las críticas respecto al manejo del conflicto asegurando que varios sectores políticos buscan intervenir en el desarrollo de la movilización con el fin de dañar a la administración de Santos.

“Basta mirar el mosaico de representantes de la extrema izquierda a la extrema derecha en el juego”, dijo el ministro del Interior, Fernando Carrillo, a la prensa local. “Hubo diversos intereses en el paro y sucede en el marco del proceso de paz  y la polarización que promueven sectores enemigos de esa iniciativa”, agregó Carrillo.

Uno de los políticos que cuestionó fuertemente la acción del gobierno fue Alvaro Uribe. El ex presidente escribió en su cuenta en Twitter: “Gobierno no resuelve problemas cafeteros, los golpea y el terrorismo se quiere infiltrar. Apoyo a cafeteros y rechazo a terroristas”.

En sintonía con el ex mandatario Rafael Márquez, negociador de las FARC en Cuba señaló: “Es urgente fortalecer la producción cafetera nacional”.

En tanto, el izquierdista Polo Democrático, (opositor de Uribe), también manifestó su apoyo al paro. El partido afirmó que Uribe es “un gran ejemplo de unidad y de dignidad”.

Más allá de las eventuales ventajas políticas de la actual situación en Colombia, los conflictos sociales se están convirtiendo en un dolor de cabeza para Santos y  podrían condicionar sus aspiraciones presidenciales convirtiéndose en un trago amargo.

Debes saber

¿Qué ha pasado?
Los cafeteros colombianos exigen mayores subsidios del gobierno debido a los bajos precios del producto.

¿Por qué ha pasado?
Los productores reclaman que el precio de venta del café no cubre los costos de producción.

¿Qué consecuencias tiene?
La falta de subsidios a los cafeteros podría poner la lápida a un sector que dejó de ser el producto estrella de la economía colombiana.