En la trama sobre la supuesta intervención de Rusia en las elecciones presidenciales de EEUU, que resultaron en el triunfo de Donald Trump, llegó el turno de que jueguen sus piezas los republicanos. El lunes, el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, donde el oficialismo tiene mayoría, autorizó publicar un memo clasificado, que recoge acusaciones de sesgo y contrainteligencia en la vigilancia gubernamental de personas que rodean al mandatario, tanto por parte del Departamento de Justicia como del FBI.
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La decisión se tomó horas después de que Andrew McCabe, ahora ex subdirector del mismo FBI, renunciara al cargo alegando presiones por su rol en la investigación de la trama rusa por parte del Ejecutivo.
Es justamente Donald Trump el que ahora tiene el sartén por el mango en la divulgación del polémico documento, que podría socabar la investigación del fiscal especial Robert Mueller y que lo enfrenta con el Departamento de Justicia, liderado por el fiscal general Jeff Sesssions, cargo de confianza del Presidente.
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De hecho, el fiscal general adjunto Stephen Boyd advirtió la semana pasada que sería "extraordinariamente imprudente" divulgar la nota, donde se afirma que los funcionarios del FBI no proporcionaron todos los hechos relevantes en las solicitudes hechas a un tribunal de la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera para obtener una orden o garantías sobre Carter Page, un asociado de la campaña de Trump y ex banquero de inversiones en Moscú.
Para los demócratas, esta jugada no tiene la intención de contribuir a esclarecer el asunto. Por el contrario, "la intención aquí es proteger al Presidente a riesgo de incendiar el edificio del FBI", indicó el representante Eric Swalwell, opositor y miembro del comité de inteligencia.
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