El presidente de la Cámara, Fidel Espinoza (PS), recibió ayer una ola de críticas luego de que anunciara que no pondrá en tabla la discusión del proyecto de identidad de género, que tiene suma urgencia y que iba a ser votado el 16 de enero en la sala de la Cámara, pues dijo que no se iba a prestar "para generar una polémica por un tema que es de alta sensibilidad para la Iglesia".

La decisión fue rechazada por todos los sectores de centroizquierda, que criticaron al diputado por supeditar la legislación a la visita de una figura religiosa. "No lo comparto, Chile es un Estado laico, es posible seguir adelante con una agenda legislativa que se podrá adaptar en sus tiempos para que puedan asistir los que quieran a la actividad del Papa, pero no tienen porqué verse afectados los trámites", dijo Ernesto Velasco, presidente del Partido Radical.

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Gonzalo Navarrete, presidente del PPD, añadió que "sólo en la medida que no haya espacio de tiempo eso debiera reconsiderarse, pero uno no debe tomar decisiones en torno a la visita de una autoridad espiritual. Si lo vamos a resolver antes o después, sólo dependiendo de los tiempos legislativos".

En tanto, el presidente del PS, Álvaro Elizalde, no profundizó en las críticas a su compañero de militancia, pero sí dijo que "el trámite legislativo debe desarrollarse conforme a lo que se ha establecido".

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En el Frente Amplio también criticaron a Espinoza. El senador electo Juan Latorre (RD) planteó que "Chile es un Estado laico y una sociedad democrática y pluralista. El parlamento debe tener autonomía frente a autoridades religiosas".

Y el Gobierno se sumó al rechazo: el ministro de la Segpres, Gabriel de la Fuente, advirtió que "las instituciones tienen que seguir funcionando con total normalidad, sería extraño que el Poder Judicial a propósito de la visita del Papa dejara de funcionar" y que "la tramitación de un proyecto no tendría por qué significar un agravio, molesta o complicación para una visita que sabemos que será muy bienvenida por todos los chilenos".

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Espinoza, por su parte, profundizó luego en sus palabras, explicando que el proyecto, que hoy está en la Comisión de Derechos Humanos, "se votará en la Cámara en enero. Si debemos tener más sesiones para ello, lo haremos. El proyecto está en trámites previos. Por sobre la fecha, importante es la voluntad política para aprobarlo".