Pérdidas de los bancos latinoamericanos por fraudes informáticos llegan a US$93 mil millones en 2011

Más de cien millones de usuarios usan sitios de banco en línea en América Latina y cuatro millones de ellos son chilenos que entran a hacer transacciones regularmente. A pesar de que este número no es de los más altos del mundo, sí sirve para que los delincuentes hayan cometido millonarios fraudes el año pasado.

Según detalló Fabio Assolini, analista de malware de Kaspersky, “durante el 2011, los bancos en América Latina perdieron US$93 mil millones por cibercrimen”, dijo en la Cumbre Latinoamericana de Analistas de Seguridad que organiza la empresa en Quito.

“La principal herramienta de ataques son los troyanos, esto porque son muy baratos y puedes alcanzar a muchas personas. Se detectan 780 de amenazas de este tipo cada día en todo el mundo y Brasil es el país de donde más provienen (16,9%)”, dijo Assolini.

Tan importantes son los troyanos bancarios que en los listados de amenazas detectadas en prácticamente todos los países donde trabaja Kaspersky, siempre aparecen en los primeros lugares de los rankings de formas de ataques cibernéticos.

También son muy populares el uso del phishing, esos correo electrónicos que llevan enlaces a sitios falsos que solicitan el ingresos de las claves personales de los usuarios.

“Algunas personas creen que ingresando datos falsos a las paginas bancarias se están protegiendo, porque piensan que si el sitio es falso, no va a detectar el error. Eso no sirve, porque ya los ciberciminales son capaces de distinguir datos falsos”, dijo Assolini.

Además de los troyanos y el phishing, hay nuevas técnicas que se están desarrollando para atacar a los usuarios entre las cuales se cuenta que los criminales son capaces de copiar los certificados de seguridad de los sitios de los bancos, por lo que ni los antivirus son capaces de detectar que se está entrando en una página riesgosa.

Los analistas advirtieron que finalmente, la responsabilidad de cuidarse esta en los usuarios que no deben entrar en sitios que les parecen sospechosos como los que ofrecen pornografía o concursos y sorteos en línea.