Una potencial aceleración del crecimiento económico daría pie a una mayor rentabilidad de acciones antes de lo esperado.
Hace poco más de un mes Martín Vizcarra asumió la presidencia del Perú, después de la accidentada y controversial renuncia de Pedro Pablo Kuczynski. Contrariamente a lo esperado, la toma de mando de Vizcarra fue bien recibida por los participantes de mercado y el sector corporativo.
Esto ha hecho que -una vez más- las expectativas económicas para el Perú mejoren, tal como cuando Kuczynski asumió la presidencia en julio de 2016 y después del Fenómeno del Niño en marzo de 2017. Sin embargo, en ninguna de estas dos ocasiones se cumplió con las altas expectativas…
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¿Será la tercera vez la vencida?
En un contexto global pro-cíclico favorable para los precios de las materias primas, en especial los metales, el Perú debería mostrar un crecimiento del PIB por sobre sus pares de Latinoamérica, impulsado por la inversión privada y apoyado por una inflación predecible con la política monetaria trabajando a su servicio y un manejo fiscal responsable. Sin embargo, esto no sería suficiente para cumplir con las expectativas de crecimiento del PIB por sobre un 4%.
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Para alcanzar dicha cifra, es necesario un crecimiento sostenido de la inversión pública. Proyectos y capital no faltan. El problema, y la causa principal de las desilusiones, son simplemente temas de ejecución.
Es ahí donde Vizcarra y su nuevo gobierno son claves. El nuevo presidente del Perú parece haber iniciado su mandato con el "pie derecho": i) un grado de aprobación por arriba del 50%, ii) una aparente paz política con la oposición que tanto ruido le generó a Kuczynski, y iii) un gabinete de ministros de consenso político. Esto hace que las expectativas mejoren; que ese "mágico" 4% se perciba como más probable.
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Desde la mirada de las inversiones en acciones peruanas, con la mayoría de las empresas del país aún enfocadas en recortes de costos y en mejorar eficiencias, una potencial aceleración del crecimiento económico daría pie a una mayor rentabilidad antes de lo esperado. Esto junto a las valorizaciones atractivas comparadas con el resto de la región, hace pensar que un mejor panorama podría estar a la vuelta de la esquina. Pero hay que tener en cuenta que existen riesgos, que en ocasiones anteriores no permitieron que escenarios similares fueran exitosos.
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*El autor es head research Perú de Compass Group.