Evidentemente el 15% de aprobación anotado por la Presidenta Bachelet (con 66% de rechazo) fue el aspecto más comentado de la última encuesta CEP. De hecho, 59% opina que la gestión de la mandataria ha sido peor de lo que esperaba. Pero, fuera de esta cifra, la última CEP es reveladora acerca del sentir de la población no sólo limitado a la percepción política, sino también a las reformas necesarias de implementar y la evaluación sobre la trayectoria de la economía.

Así, los tres problemas donde, según los encuestados, el Gobierno debería concentrarse son: delincuencia, asaltos, robos (52%); salud (36%) y corrupción (36%). Dentro de esta pregunta, los temas que concitan menor preocupación figuran medioambiente (4%); reforma constitucional (5%) y transporte público (5%). Respecto de la situación económica, 48% piensa que es mala o muy mala, con una importante alza respecto de noviembre de 2015, cuando 42% declaraba esta alternativa. En esta línea, respecto de la situación económica personal, 26% piensa que es mala o muy mala, respecto del 23% registrado en noviembre pasado.

Sobre el momento actual del país, un 24% piensa que está en decadencia, 61% que está estancado y sólo 13% piensa que progresa. Respecto de la medición de noviembre, un 17% creía que el país estaba en decadencia, 18% progresando y 64% que estancado. En torno a la situación política, 68% piensa que es mala o muy mala, donde 21% cree además que podría empeorar en los próximos doce meses. Llama la atención que pese a este negativo panorama que vislumbran los encuestados, un 59% se declara “totalmente satisfecho con su vida”, registrando una leve caída respecto de la medición de noviembre (62%).

Respecto de la percepción de la corrupción, el 50% cree que casi todos los políticos están involucrados con algún ilícito de esta naturaleza, muy por sobre la percepción de junio-julio 2006 (14%). Al concentrar la pregunta en los funcionarios públicos, 35% piensa que casi todos estarían involucrados en algún acto de corrupción, frente a la medición de hace diez años.

Lamentablemente, esta desafección hacia la clase política no se ve reflejada en un empuje por cambiar el rumbo del país: 25% de los encuestados dice que con seguridad no votará en las próximas municipales, mientras 16% sostiene que “probablemente” no irá a votar. Respecto de quién le gustaría que fuera el próximo Presidente, 62% no sabe o no responde.

La encuesta CEP es un duro diagnóstico, no sólo de la coyuntura del país, sino también de la baja valoración de la actividad pública. Es evidente que urge una completa reingeniería, no sólo de la trayectoria del Gobierno y las reformas que impulsa la Presidenta Bachelet, sino también que las fuerzas políticas, como un todo, atiendan las urgencias y prioridades de la ciudadanía, que se recupere la senda del crecimiento y se impulse una agenda cuyo foco principal sea la restitución de las confianzas y reencantar a la población con sus representantes.