Si la caída de más de 2% que registró ayer al cobre asustó a los inversionistas del mercado cambiario local ayer, ese miedo no se trasladó a la cotización del peso chileno.

Durante la mañana, el tipo de cambio se apreció ligeramente, alcanzando un máximo intradía de $608,6 en la apertura. Después, el billete verde fue perdiendo terreno ante la divisa local hasta cerrar en $605,3, $2,6 por debajo del cierre del viernes pasado.

Con esto, el peso local se acopló a una tendencia generalizada en las monedas emergentes, que avanzaron en bloque ayer. Sólo el peso argentino y el real brasileño cayeron, pero con mínimas variaciones.

Es más, el dólar internacional, expresado en el Dollar Index retrocedió por segunda sesión consecutiva, bajando a su menor valor en más de un mes.

Para Luis Felipe Alarcón, gerente de estudios de inversiones de Euroamérica, la clave está en las preocupaciones de los inversionistas a nivel global. O más bien, la moderación de estas preocupaciones.

Dado que se reportaron negociaciones entre EEUU y China para limar sus asperezas en materias comerciales, y se escuchan en el mercado rumores de que estas negociaciones van en buena dirección, se moderó la aversión al riesgo que se había sentido en los mercados financieros la semana pasada, explica el ejecutivo.

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Este mayor apetito por riesgo, agrega, es lo que provocó un alza generalizada en las divisas emergentes frente al dólar.

Desde Fynsa concuerdan con el diagnóstico. El gerente de la mesa de distribución FX de la firma, Francisco Schneider, asegura que el hecho de que haya una negociación entre las partes ha debilitado la cotización multilateral del billete verde.

En particular, los avances del euro -que subió un 0,74% ayer- y el peso mexicano -que se encumbró un 1,02% frente- debilitaron al dólar en la paridad cambiaria chilena. A todo esto se suma, agrega, que hubo un factor de desarme de posiciones largas a favor del dólar, luego de que no lograra romper la barrera de los $610.

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Sobre lo que le depara el futuro al tipo de cambio local, hay un par de cosas claras: hay que estar atento a la evolución del cobre y a los pasos que vaya a tomar la Reserva Federal de EEUU.

Si bien la aguda baja del metal rojo de hoy -que lo llevó a los US$2,9484 por libra ayer en la Bolsa de Metales de Londres- no sacudió al peso nacional, Alarcón advierte que sí lo podría afectar en el futuro si es que la tendencia se mantiene.

Las caídas diarias han sido más contenidas que la de ayer, pero el cobre ha estado en declive las últimas semanas: en una seguidilla casi ininterrumpida de bajas que comenzó el 14 de marzo, el commodity ha perdido un 7,34% de su valor, en parte apoyado por un aumento acelerado de los inventarios en Londres.

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Si es que esta tendencia se mantiene, señala Alarcón, el peso chileno podría ver una presión de venta más fuerte en favor del dólar.

Schneider, por su parte, augura que las próximas semanas el tipo de cambio se mantendría en un canal lateral entre los $600 y los $610, con "algo de volatilidad".

Lo que venga más adelante, señala, va a depender en gran parte de lo que pase con la Fed. Si bien hay muchos factores que pueden mover la aguja en el mercado cambiario, uno de los principales será cómo evolucionan las previsiones para alzas de tasas futuras en el central estadounidense y si es que cumplen con la agenda de gradualidad que delinearon en su comunicado la semana pasada.

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Una Fed más agresiva en el proceso de normalización de política monetaria podría generar una mayor volatilidad en el mercado cambiario. En su última reunión, la comitiva liderada por Jerome Powell mantuvo la previsión de tres subidas de tipos en total para 2018, la de este mes y dos adicionales.