Las empresas petroleras dieron su aprobación a la reforma energética de México, pero dijeron que el gobierno tendrá que ofrecer condiciones competitivas si quiere atraer la inversión extranjera necesaria para desarrollar la riqueza petrolera del país.
El presidente Enrique Peña Nieto reveló el lunes planes para permitir a los inversionistas extranjeros entrar al sector energético mexicano por primera vez en 75 años, marcando un quiebre radical con el proteccionismo del pasado.
Kurt Glaubitz, vocero de Chevron, dijo que la reforma era "una buena señal para nosotros y las otras petroleras internacionales que las puertas se estén abriendo". Dijo que Chevron estaba "contento y optimista" sobre el plan del gobierno.
El entusiasmo de Chevron es comprensible. La empresa ha hecho enormes descubrimientos petroleros en una capa de roca bajo el Golfo de México, que se extiende desde Estados Unidos hasta aguas mexicanas. Los geólogos a menudo han especulado que el lado mexicano podría ser muy prolífico.
Pero hubo cierta incertidumbre acerca de las condiciones en la oferta de reforma de México. Las reformas del presidente buscan un esquema de contratos donde empresas y estado comparten ganancias, un acuerdo del que los grandes actores de la industria habitualmente escapan. Las petroleras típicamente prefieren contratos que les dan la propiedad de parte del petróleo.
"Los contratos para compartir ganancias han sido usados en el pasado por Ecuador, Irán y Bolivia, y no puedo pensar en tres países con los que uno quiera verse menos asociado", dijo Daniel Kerner, director de Eurasia Group para Latinoamérica.
Pero Ayman Asfari, director ejecutivo de la empresa de servicios petroleros Petrofac, dijo que no debiera ser un freno. "Aunque los términos no son los ideales, el potencial de México es tan alto que definitivamente será atractivo para las grandes", dijo.