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Pilar Zabala, presidenta de Pie de Monte: "Se necesitan reformas tan profundas que no sé si hay consensos políticos para hacerlas"

Entrevista con socia de holding pie de monte. Zabala tiene una visión crítica acerca de la administración actual, y estima que hoy es más difícil hacer inversiones que hace una década. Asimismo, se plantea contraria a la ley de cuotas. "Creo que es peor para la mujer", puntualiza.

A los 33 años, Pilar Zabala Meruane debió asumir su principal desafío laboral. Era el año 2006, y la ingeniera comercial llegaba a la presidencia del holding familiar Pie de Monte. El contexto no era el de ahora; las banderas pro mujer no existían. Y, en ese escenario, Zabala se convertía en una de las primeras mujeres en dirigir un holding empresarial. Fue complejo -reconoce-, pero no había alternativa. Su padre había muerto repentinamente, su hermano mayor se había ordenado sacerdote y siendo la segunda a bordo y la única que trabajaba en el grupo, se lanzó al desafío. "Mirando hacia atrás, como que no hubo mucho tiempo para pensar", confidencia. Hoy, once años después, la compañía que recibió siendo una treinteañera, es un holding con una decena de empresas exitosas, entre las que destacan la operación chilena y peruana de Chuck E. Cheese's, Puerto Velero, inmobiliaria Surmonte, Agrícola El Olivar y la Universidad San Sebastián. Hoy son un grupo de más de 600 trabajadores. Y es en ese escenario, que Pilar Zabala aborda el liderazgo femenino, se muestra contraria a las cuotas de género, y crítica del entorno político que hoy rodea a Chile.

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Cuando asume en el holding ¿cómo fue la reacción de sus pares? Usted fue una excepción a la regla.

-No creo que haya habido muchas mujeres en ese minuto, tampoco era tan consciente del tema mujer. Creo que uno le echa hacia delante; me fui validando con el tiempo, la gente con la que estaba trabajando también fueron respetando mis estilos. Además, uno va agarrando más confianza y se va creyendo más el cuento. Siempre he tenido harta confianza en mí misma, aunque uno comete miles de errores, y negocios malos también he hecho, pero es parte del aprendizaje.

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Dice que antes no era tan consciente de la participación de la mujer en el mundo laboral, sin embargo, hoy está fuerte el tema, incluso se habla de una ley de cuotas ¿es partidaria?

-A mí no me gusta la ley de cuota, en general no me gustan las normas que obligan, me gustan las normas que incentivan. La ley de cuotas es una obligación y creo que es peor para la mujer porque uno se pregunta "estoy acá por mis méritos o porque hay que cumplir la norma". Prefiero incentivar la contratación de mujeres, incentivar a que las mujeres puedan tener cargos directivos.

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¿Con qué incentivos?

-Por ejemplo, cómo la empresa puede dar facilidades en horario de trabajo, la flexibilidad laboral es un incentivo para la mujer. Al final el gran tema de la mujer para trabajar es el de los hijos, cómo le solucionamos el problema para que la mamá esté tranquila trabajando y los hijos tranquilos estudiando.

Y en esa línea, han llegado por primera vez mujeres a la vicepresidencia de Sofofa, como Janet Awad. ¿Qué le parece el aire que le está dando Bernardo Larraín Matte a al gremio?

-Participo poco de los temas gremiales, porque me gustan poco. Siento que la labor de cada uno está en el trabajo "más de hormiga", en su círculo más cercano y después expandir los anillos y los gremios lo hacen al revés. Creo que los cambios sociales se hacen desde abajo no desde arriba. Siento que mi labor y la de cada empresario es su empresa, la familia de su empresa, los proveedores de esa empresa, su entorno. La responsabilidad es cómo vamos agrandando los propios anillos de influencia.

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¿Será la manera de verlo de lo macro a lo micro de los gremios lo que hace que la imagen de los empresarios sea mala?

-En general, los gremios representan a las empresas grandes, por lo que están demasiado enfocados a temas grandes. No sé si es muy representativo de todo el empresariado, pero al final todo se legisla por las empresas grandes. Y está bien, porque a alguien las tiene que representar, pero pienso que la pega se tiene que hacer más de abajo para arriba.

¿Cuál es su diagnóstico del mundo empresarial en Chile?

-No creo que lo hayamos hecho muy bien, pero creo que es porque el mundo cambió. Las exigencias son otras, el nivel de transparencia tiene que ser otro, estábamos acostumbrados a ser las cosas de manera distinta, pero hay que adaptarse. A la luz de la nueva vara, no se hizo muy bien y todavía falta que mucha gente cambie de mentalidad para poder adaptarse. En base a estas nuevas exigencias, hay que adaptarse y seguir para adelante. Hay ciertas cosas que son súper reales que no se pueden desconocer de los empresarios. Pagan justos por pecadores, la mayoría son buenos empresarios, tienen buena consciencia social con su gente, así lo siento yo internamente. Y eso independientemente de que uno cometa errores, pero no deliberados. Efectivamente hay ciertas cosas que mira en las noticias, que son errores intencionados…

Mal intencionados, como la colusión…

-Claro o el caso La Polar, que son cosas conscientes, no sé si mal intencionados, se quería hacer así.

¿Qué tan fácil está hoy Chile para los empresarios?

-Es súper complejo. Para hacer cosas todo es más lento, más burocrático. En el mundo inmobiliario, el proyecto que antes duraba dos años ahora dura tres, porque los permisos, el punto y la coma, todo el mundo se siente dueño de todo, está mucho más complejo. Hay un mal en el servicio público, ya que nadie quiere tomar decisiones, entonces la verdad es desesperante.

¿Ustedes tienen proyectos detenidos por esas razones o avanzan más lento no más?

-Avanzan más lento, todo es como más político. Demora más, porque hay que conversar con un grupo, conversar con el otro…

¿Tiene que ver con esta administración o viene de más atrás?

-Es como mal del servicio público en general, pero en esta administración se ha acrecentado. Siento que en esta administración no se quiere que las cosas se hagan; como el crecimiento importa nada, da lo mismo si se hacen menos o más edificios o si se abre un mall o no.

¿Qué le pediría a una nueva administración?

-No sé si una nueva administración va a poder hacer mucho, no tengo muchas expectativas que esto vaya a cambiar en el corto plazo o por una nueva administración. Creo que lo que sí puede cambiar es al ánimo de la gente, porque hoy tú conversas con empresarios y nadie hace nada, nadie se atreve a hacer nada…. el incentivo y las expectativas son re malas para hacer cosas. Un cambio de administración lo que sí puede traer es más ánimo y mejores expectativas.

¿Qué complicó más: la reforma tributaria, la laboral o los anuncios de reforma constitucional?

-Todas las anteriores. La reforma tributaria es súper clara, si se necesitan más recursos fantástico, pero claramente detiene la inversión; por distintas razones, incluida la tributaria, en el mundo inmobiliario el precio final ha subido como 30%. Es real, ahí pegó harto. Por eso creo que es también un tema de sensación. Ves un montón de detalles y dices "para qué voy a estar trabajando cinco años para nada".

¿Cambio en las reglas del juego?

-Los cambios en las reglas del juego existen, el problema se da cuando te las cambian en el camino, eso es nefasto y esa es la sensación que tengo hoy. Si hubiese sido sólo la Reforma Tributaria, cambian las reglas del juego y listo, pero después viene la Laboral, la Constitucional y un montón de cambios chicos que siguen cambiando. Hoy está mucho más complejo hacer cosas que hace 10 años.

Aseguró que frente a un próximo gobierno, es probable que nada cambie, con excepción de la confianza, ¿por qué no?

-Siento que se necesitan reformas tan profundas que no sé si hay consensos políticos para hacerlas. Lo que decía Felipe Kast, la Reforma del Estado, tiene que hacerse, pero quién la va a hacer. Si realmente no se hace algo así, donde las personas estén por su mérito, haya flexibilidad, puedan ser cambiadas como se hace en la empresa privada, no sé si se pueda cambiar mucho. Yo prefiero que hagamos una reforma tributaria y todos paguemos más impuestos, pero que se arregle el Estado, pero para eso necesitamos consensos políticos que no sé si algún gobierno lo pueda hacer.

Regla expropiatoria

Están más alejados de la administración de la U. San Sebastián, pero fueron los primeros en transparentar la relación con la inmobiliaria cuando la universidad la compró. ¿Cómo ven el negocio educacional?

-No es negocio. Lo que ocurrió en la educación lo llamo expropiación, o sea las universidades privadas efectivamente son una institución sin fines de lucro, pero es súper legítimo que una inmobiliaria pueda estar si hay precios de mercado, si es todo transparente. Soy bien crítica de todo lo que está pasando en la educación.

¿Crítica por lo que se legisla o por cómo se ha manejado el mundo privado?

-Más por lo primero. Creo que como en todos los rubros, hay universidades e instituciones que lo hacen bien y otras mal, ya sea públicas o privadas, pero mi mayor crítica está en cómo se está llevando la legislación, la gratuidad, la eliminación del CAE, por privilegiar a un grupo de universidades respecto a otras, es una cuestión bien ideológica, porque al final a quienes tenemos que beneficiar es a los alumnos y no perjudicar a las instituciones.

Dijo que la educación no es un negocio, ¿pero no será ese el mea culpa que debe hacer el sector privado?

- Lo que ocurre es que con la educación partió el pecado del lucro. La educación efectivamente no es un negocio, pero sí lo pueden ser los negocios anexos. ¿Por qué una inmobiliaria no lo puede ser? Si hago un edificio y lucro legítimamente y se lo arriendo a una empresa, puedo lucrar, pero si se lo arriendo a una universidad no puedo. Unos han abusado, entonces saquemos a los abusadores, pero nuevamente pagan justos por pecadores.

De nuevo un cambio de regla a mitad de la carrera…

-Acá yo lo llamo expropiación, porque al final todas las cosas que podían haber anexas como era la inmobiliaria ligada a la universidad ya no puedes…un cambio de regla expropiatoria.

¿Cuánto les ha pesado no sumarse a la gratuidad?

-No tanto. No sé si alguna vez nos vamos a sumar, todos los años uno lo evalúa, pero en matrículas, en calidad de estudiantes que ingresan ha sido cada vez mejor. Este año va a ser bien particular, porque ingresamos al Sistema Único de Admisión y eso sí que es un cambio de forma de plantearse respecto a los estudiantes, entonces este año vamos a ver qué pasa. Esperamos que salga todo bien.

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