La reunión que sostuvo Sebastián Piñera a menos de 24 horas de su triunfo en el balotaje con los presidentes de la UDI, RN y Evópoli, fue el principal tema de conversación en un almuerzo de la bancada de diputados gremialistas con la timonel del partido, Jacqueline van Rysselberghe. La senadora llegó al encuentro para dar detalles del trabajo que asumió la directiva de la colectividad desde esa cita.

El lunes, Piñera -además de pedirles para la primera semana de enero, una carpeta por partido con nombres y los currículum de las personas competentes para los ministerios, subsecretarías, intendencias y servicios- les encargó la misión de hacer una correcta revisión de antecedentes de cada persona y un rastreo de su historial.

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La petición apunta a evitar futuros nombramientos de funcionarios de gobierno con potenciales conflictos de intereses, un pasado cuestionable, reproches éticos o judiciales. El futuro mandatario habría transmitido a su coalición que la "limpieza" de los nombres entregados será responsabilidad de cada partido.

En la UDI esta labor está siendo liderada por la misma Van Rysselberghe y el secretario general de la UDI, Pablo Terrazas. "Estamos revisando. Uno conoce más o menos las personas que está mandando y si no lo conoce pide antecedentes de quien lo recomendó y después chequeamos el tema, googleamos el nombre y además revisamos si es que hay Dicom o cosas por el estilo", afirmó van Rysselberghe.

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Tras la cita, en la que también entregó la oportunidad a los parlamentarios para que propusieran personas, la senadora se retiró a una reunión con el jefe de bancada, Felipe Wad. Consultada respecto de la posibilidad de que la "disidencia" del partido presente nombres por su cuenta y de forma directa al equipo de Piñera, la timonel precisó que el futuro Presidente "pidió una relación institucional con los partidos y es lo que estamos haciendo".

En RN las personas que están a cargo de la designación de nombres son el presidente del partido, Cristián Monckeberg, el secretario general, Mario Desbordes, y la vicepresidenta, Paulina Núñez.

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En este partido aseguraron que no se ha establecido un sistema general para realizar el chequeo, pero aclararon que se trata de un tema de "sentido común". Aunque según T13.cl, no se descarta pedir incluso certificado de antecedentes e información a la justicia si es necesario.

De esta forma, tanto Monckeberg, Desbordes o Núñez se encargarán de hablar con los candidatos para evitar que exista un eventual conflicto de interés. "Estoy ayudando al partido a recopilar antecedentes y currículum de mujeres. Estoy conversando directamente con ellas para preguntarles si tienen eventualmente algún conflicto, si pertenecen a alguna sociedad, si han tenido contratos con el Gobierno. Creo que va a ser clave lo que cada candidata, en nuestro caso, pueda transmitir y transparentar", dijo la diputada Núñez. Por su parte, Monckeberg agregó que los candidatos "tienen que tener sus papeles al día y si hay complejidades o enredos hay que resolverlo".

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En Evópoli el trabajo es muy parecido. En esa tienda el proceso de revisión consiste en examinar los datos de cada persona en bases de datos como Dicom, Poder Judicial, Google y redes sociales. Incluso, reconocen que al final del proceso se conversará con cada militante para pedirle "que transparente todo". "Venimos a oxigenar y renovar la política, entonces, no vamos a presentar o pretendemos no presentar personas que tengan algún tipo de conflicto de intereses", dijo el presidente del partido, Francisco Undurraga.

Los escándalos del pasado

En 2014 cuando la Presidenta Bachelet nombró a su gabinete y sus equipos de Gobierno, se vio envuelta en una serie de escándalos por personas que estaban involucradas en potenciales conflictos de interés. Fueron cuatro los subsecretarios nombrados que tuvieron que declinar en sus posibles cargos: Claudia Peirano, Hugo Lara, Carolina Echeverría y Miguel Moreno.

El caso de Peirano fue el más polémico. La ingeniera DC fue criticada por participar en una agencia de Asistencia Técnica Educativa y por los contratos de asesorías que realizó a la red de colegios particulares subvencionados de propiedad de su ex marido Walter Oliva. En dicha ocasión el oficialismo criticó el rol del entonces ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, por no revisar bien los datos.

El primer gobierno de Piñera también tuvo situaciones similares. Dos episodios ocurridos con autoridades, tiempo después de haber asumido, causaron sus renuncias. Un caso fue el de Fernando Echeverría quien duró tres días como ministro de Energía. Tuvo que salir de la cartera por el conflicto de interés que tenía al tener participación en empresas ligadas al rubro energético. Otro caso similar fue el del subsecretario de Vivienda, Andrés Iacobelli, por una investigación de Contraloría que lo involucró en irregularidades en la venta de un terreno en Puente Alto.