Los legisladores argentinos están aprendiendo cuán difícil es restablecer la confianza de los inversionistas luego que dos alzas extraordinarias de tasas de interés en la última semana no lograran tranquilizar a los operadores de divisas.
Luego de la segunda alza el jueves, los inversionistas señalaron que aún no era suficiente, lo que provocó que el peso cayera a un nuevo récord de 22,45 por dólar tras debilitarse 3,1 por ciento el miércoles.
Las autoridades deben adoptar medidas coordinadas para demostrar un compromiso en la lucha contra la inflación y en fortalecer las finanzas, de acuerdo con estrategas, economistas y operadores.
La tendencia a la baja del peso de los últimos años se está acelerando hacia una venta masiva en medio de la creciente preocupación de que una política incoherente está permitiendo una inflación desenfrenada y un excesivo gasto gubernamental. Es una decepción para los inversionistas que vieron la elección del presidente Mauricio Macri en 2015 y sus promesas de brindar previsibilidad y atraer al capital extranjero como un punto de inflexión. Durante años, Argentina se había visto afectada por la intervención del Estado en la economía y demandas de acreedores descontentos que dejaron al país fuera de los mercados internacionales de capital.
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"Las condiciones externas no se adaptarán a la estrategia del Gobierno de retirar paulatinamente al país su medicamento: es hora de sacarse la curita", dijo Sean Newman, administrador de dinero que ayuda a supervisar US$3.800 millones en activos en Invesco Advisers. "El ritmo al que se cierra el déficit fiscal debe acelerarse".
El banco central elevó el viernes la tasa de interés de referencia en 3 puntos porcentuales y la volvió a subir otros 3 puntos porcentuales el jueves, lo que aumentó la tasa a un 33,25%, la más alta del mundo. El peso cayó hasta 5,9% el jueves.
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Alberto Ramos, titular de investigación para América Latina de Goldman Sachs Group Inc., dijo que la política monetaria debe ir acompañada de fuertes señales de que las autoridades fortalecerán el presupuesto. Jim Barrineau, codirector de deuda de mercados emergentes de Schroders en Nueva York, dice que es necesario que haya un plan coordinado en todo el Gobierno que demuestre el compromiso del país para hacer que las cosas vuelvan a su rumbo.
No pudo llegar lo suficientemente pronto para los operadores de divisas, que han hecho del peso la moneda con el peor desempeño en los mercados emergentes este año, tras caer 16%. Los bonos del país en el extranjero –incluido un bono a 100 años que vendió el año pasado– también se encuentran entre los de peor desempeño del mundo, y Telecom Argentina y Petroquímica Comodoro Rivadavia SA han tenido que posponer ventas de deuda en medio del desplome.
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La venta masiva tiene sus raíces en una medida no convencional tomada en diciembre. Fue entonces cuando el presidente del banco central, Federico Sturzenegger, luego de elevar las tasas a los niveles más altos del mundo en un intento por controlar las alzas de precios, flexibilizó la meta inflacionaria tras verse bajo la presión del Gobierno. En enero, el banco recortó las tasas en 1,5 puntos porcentuales, aun cuando la inflación anual, que rondaba el 25%, no mostraba señales de disminuir. Desde entonces la inflación se ha acelerado.
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Macri, por su parte, ha seguido adelante con un plan de abordar solo gradualmente el déficit presupuestario del Gobierno, algo que, según proyectó, se facilitaría con un crecimiento económico más rápido. Pero mientras los analistas esperan que el balance presupuestario y de cuenta corriente supere el 10% del producto interno bruto este año, los inversionistas se muestran cada vez más escépticos respecto de la estrategia.
"Ahora estamos en la sala de emergencias y necesitamos medidas audaces para anclar el sistema", dijo Ramos. "El error de política fue recortar las tasas cuando las expectativas inflacionarias se deterioraban rápidamente. Ahora están haciendo lo correcto para poner orden en el mercado de divisas y recuperar parte de la credibilidad perdida, pero va a ser difícil".
El Gobierno tendrá que comenzar mostrando una respuesta coordinada que establezca una política paso a paso hacia la estabilización de los mercados de divisas, de acuerdo con Barrineau, de Schroders.
"En los mercados emergentes, cuando un banco central pierde credibilidad, nunca es una política o un alza de tasas lo que hace que la recupere", dijo. "Lleva tiempo, es necesario explicar al mercado exactamente cuál es el plan. Aquí, parece que no hay ningún plan".
Antes de las dos sorpresivas alzas de tasas de interés recientes, el banco central dependía de las ventas de dólares en el mercado cambiario para intentar mantener el peso a flote. Este año, gastaron US$6.900 millones en el intento, o alrededor del 10% de las reservas internacionales del país.
El miércoles por la noche, los encargados de política parecían estar reconsiderando esa estrategia y planeando reducir la cantidad de dólares que venden en el mercado de divisas, según personas con conocimiento directo del asunto, que dicen que las autoridades atribuyen el declive del peso principalmente a problemas externos.
Y sin duda ha habido factores globales en juego en la caída del peso. El pesimismo global hacia los activos de mayor riesgo y la renovada fortaleza del dólar fueron factores la semana pasada. Pero también estuvo en juego un éxodo desde Argentina de inversionistas extranjeros después de que entrara en vigencia un nuevo impuesto a la renta para extranjeros.
Lo más importante que los encargados de política pueden hacer es restablecer su credibilidad tomando medidas audaces y comunicando una estrategia clara al mercado, según Barrineau.