Polonia se convierte en un ejemplo para bancos centrales en la era del populismo

Manteniendo la pausa de política monetaria más larga en casi dos décadas, el Banco Nacional de Polonia está ganándose el respeto de quienes más dudaban del destino del país después de que el Partido de la Ley y la Justicia llegara al poder el año pasado.
S&P Global Ratings, que rebajó en enero la clasificación soberana del país por primera vez, reconsideró su decisión la semana pasada, mejorando la perspectiva de la deuda del gobierno a “estable”. Esto se constituye como una señal de que la independencia del banco central ya no está en duda bajo el nuevo gobernador Adam Glapinski.
“Hay un gran grado de confianza del mercado en la capacidad de Glapinski de abrir una nueva senda colaborativa pero independiente”, dijo desde Londres Peter Attard Montalto, economista de Nomura Internacional. “Es justo decir que la situación a resultado mucho mejor de lo que había esperado el mercados en meses anteriores”, agregó.
Lleno de funcionarios designados por el partido gobernante y encabezado desde junio por un gobernador estrechamente vinculado al oficialismo, el banco central del país ha adherido, a pesar de todo, a la política de tasas de interés estables. Ésta se ha mantenido inalterada a pesar de una racha sin precedente de deflación y una intensificación de la desaceleración económica de Polonia.
El Consejo de Política Monetaria, compuesto por diez integrantes, mantuvo este miércoles su tasa de referencia en un mínimo histórico en 1,5%. Después de la reunión de la entidad, Glapinski dijo que hay una “probabilidad enorme” de que los tipos se mantengan intactos durante 2017. “No hay motivos para considerar algún recorte de tasas”, dijo el gobernador en Varsovia, agregando que aunque sospecha que “2018 será el año correcto para considerar un ajuste”, no hará “promesas” al respecto.
A lo largo del mundo, la independencia de los bancos centrales se ha puesto en duda mientras los políticos buscan aumentar su influencia en la política monetaria.
A esto se suma que el Fondo Monetario Internacional ha advertido que el creciente populismo, junto con el aumento de las tendencias proteccionistas y una creciente desconfianza en el capitalismo, con algunas de las mayores amenazas a la economía mundial.
En el caso polaco, el banco central se ha mantenido al margen de la mayor crisis institucional desde la caída del comunismo, que también ha enfrentado a Ley y Justicia contra la Unión Europea y Estados Unidos en un desacuerdo sobre patrones democráticos.
Al concentrarse cada vez más en la estabilidad financiera, los estrategas monetarios pudieron eludir los llamados a la expansión monetaria y algunas exhortaciones a la emisión de dinero para financiar el presupuesto.
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