Pese a ser considerado por mucho tiempo un indicador benigno, ahora la volatilidad está de vuelta en el mercado de bonos de EEUU, y debiera ser bienvenida, no temida.
Gracias a que la Reserva Federal replanteó un enfoque flexible sobre el retiro de su programa de compra de US$85 mil millones de bonos al mes, los precios de los bonos han estado fluctuando a un nivel no visto desde la batahola del techo de la deuda estadounidense durante el verano (boreal) de 2011.
Las operaciones en divisas, acciones y mercados emergentes también sintieron el látigo de las mayores fluctuaciones la semana pasada, de cara a la publicación de las cifras de desempleo el viernes. La creación de 175 mil empleos el mes pasado solo eleva la incertidumbre acerca de cuándo la Fed podría busca reducir su programa de compra de bonos.
Esto significa que el caos que hemos visto en los mercados no va a desaparecer pronto a medida que los inversionistas miran sus carteras de bonos. Esto es particularmente cierto dado que su referencia, el Índice Barclays US Aggregate, ha registrado una caída de cerca de 1%, su peor desempeño en este momento del año desde el salvaje mercado bajista de 1994.
No es de extrañar que el dinero sea retirado de los fondos de bonos, los cuales han gozado de masivos flujos en los últimos años. La semana pasada hubo una salida récord de fondos de bonos estadounidenses basura, acompañados de retiros de otras áreas de renta fija.
El peligro es que, a medida que las salidas de fondos se aceleran, forzando a los gestores de fondos a vender más de sus posiciones, el mercado de bonos podría entrar en un período donde la volatilidad se alimenta a sí misma y alimenta una mayor caída.
Por ahora el retorno de mayores fluctuaciones de precios en bonos representa una restauración bienvenida de la disciplina a los mercados.
La volatilidad les importa mucho a los inversionistas, quienes rápidamente se repliegan cuando los precios de los bonos y las acciones están fluctuando de manera importante. La falta de volatilidad impulsó una excesiva toma de riesgo por parte de los inversionistas, un hecho que no debe ser dejado de lado por las autoridades.
La complacencia entre los inversionistas se ha visto desafiada. Mirando el fuerte salto en los rendimientos de los bonos del Tesoro a 2,20% desde 1,60% desde comienzos de mayo, es fácil concluir que es donde la mayoría de los inversionistas se han visto perjudicados. Excepto que muchos gestores de fondos rehuyeron de los bonos de gobierno y ubicaron su dinero en valores hipotecarios de mayor rendimiento, bonos corporativos y mercados emergentes.
Los inversionistas en bonos no están contentos en este momento, y algunos se han visto golpeados por el reciente retroceso en los rendimientos. El retorno de la volatilidad antes que la Fed empiece a frenar el estímulo monetario es bienvenido para la gente que ha apostado en grande a un banco central amistoso.