Aunque debió ser una publicación económica más, el cierre del año fiscal 2017 no pasó desapercibido. La polémica que se generó en torno a las cifras aún sigue presente en el debate público. Sin ir más lejos ayer, en una entrevista en este medio, el ex jefe de asesores del Ministerio de Hacienda, realizó afirmaciones sobre el incidente que no se apegan a lo sucedido.
Este tema tiene dos componentes que no siempre están claros en el debate. El primero es si hubo o no un error de cálculo en la estimación inicial del balance estructural y, el segundo, se relaciona con el cambio metodológico que se trató de impulsar habiéndose ya reconocido el error. Ambos aspectos están claramente zanjados y no hay espacio para dos interpretaciones.
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En relación con el primer punto, el Ministerio de Hacienda tuvo los primeros antecedentes a fines de enero. El Consejo Fiscal Asesor (CFA) revisó el cálculo del balance estructural y alertó que el precio de venta de cobre de Codelco que se estaba utilizando era inusualmente bajo. Advirtió también respecto del efecto negativo que tendría sobre el balance estructural el cambio de dicho precio a un valor acorde con la realidad. Sin embargo, pese a estas advertencias, la autoridad decidió publicar un déficit fiscal estructural de 1,7% del PIB bajo el argumento que los números eran preliminares y solo se limitó a comentar a la prensa que el CFA tenía observaciones a las cifras publicadas.
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El CFA no tuvo noticias del tema sino hasta la siguiente reunión el martes 6 de marzo, cuando quedaban tres días hábiles de gobierno. En dicha reunión, las autoridades de la época reconocieron explícitamente el error, es decir que el precio de venta de cobre de Codelco no estaba actualizado en el cálculo del balance estructural que el CFA vio a fines de enero y que, al actualizarlo, el déficit subía automáticamente a 2,1% del PIB.
El segundo componente del polémico cierre de año fiscal 2017 es la intención del Ministerio de Hacienda de introducir un cambio metodológico al balance estructural a última hora, en la reunión del 6 de marzo. Este cambio, que modificaba la forma de cálculo de los ingresos asociados a Codelco desde base caja a base devengada, devolvía el déficit estructural a su valor inicial de 1,7% del PIB.
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Sin embargo, el cambio no pasó el filtro del CFA por múltiples razones. Entre ellas, por la premura que impedía hacer un análisis exhaustivo de la propuesta; por el trato asimétrico que le daba esta modificación a Codelco; por la complejidad adicional que introduciría y por la falta de un análisis integral de la regla fiscal que incluyese un conjunto de otros cambios que han sido sugeridos y que a la fecha no se habían incorporado. Por lo tanto, para el CFA no era evidente que el modelo tuviera una debilidad que fuera necesario subsanar, al menos no de la forma que quiso hacerlo la autoridad de la época.
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Más allá de lamentar el episodio del cierre fiscal de 2017, vale la pena resaltar el importante rol que desempeñó el CFA, detectando el error y evitando un cambio metodológico de última hora, que no contaba con un adecuado respaldo técnico. Ahora la mirada debe estar puesta en cómo evitar que episodios como este se repitan en el futuro y con ese objetivo estamos trabajando intensamente, mejorando procesos, metodologías y definiendo responsabilidades al interior de la Dipres y moviéndonos decididamente como gobierno a continuar fortaleciendo la institucionalidad fiscal.
*Coordinador Macroeconómico-Ministerio de Hacienda