A medida que la primavera se convierte en verano en Estados Unidos, una vez más, el olor del pasto recién cortado del optimismo económico está en el aire. Un aumento anual del 11% de los precios inmobiliarios y un auge en el mercado de valores le hace eso a la gente. Los precios más altos de los activos no son muy útiles por sí mismos - el crecimiento de los ingresos, el empleo y la actividad está perseverante - pero los mercados parecen estar sosteniendo la economía por medio de la peor alza de impuestos y recortes de gastos del gobierno. La confianza del consumidor no había estado tan alta hace cinco años.

Se ha convertido en una rutina, en esta época del año, predecir que la economía de EEUU se está recuperando - sólo para que esa recuperación se pudra rápidamente. En el segundo trimestre de 2010, la mediana de las proyecciones de crecimiento de EEUU en 2011 fue de 3,1%, y la Reserva Federal estaba esperando por 3,9% este año. El resultado real fue un deprimente 1,8% y el patrón de los próximos dos años fue similar.

Para hacer la siguiente predicción, por lo tanto, es vanidoso, como un boxeador que se jacta del golpe de gracia que le dará en el cuarto round a un enemigo invicto. Creo que el próximo año es el año. En 2014, la economía de EEUU crecerá más de 3%.

Al igual que la mayoría de las predicciones económicas, ésta se basa en las entrañas de una desafortunada ardilla de Washington, más optimismo que nadie recordará para fines de 2014. Pero también tiene una base lógica más allá de un poco de datos alegres. Una economía deprimida puede crecer más rápido que una con pleno empleo - y EEUU se está quedando sin un iceberg contra el cual chocar.

Fíjense en la política fiscal, la causa principal del crecimiento decepcionante en los últimos tres años. Desde la discusión sobre si aumentar el límite de la deuda federal, que golpeó la economía en el verano (boreal) de 2011, hasta los US$85 mil millones de recortes generalizados en el gasto público, los políticos estadounidenses han hecho consistentemente más daño que lo que los analistas habían pronosticado.

Será más difícil que ellos echen a perder las cosas este año. El déficit ahora es mucho menor - pronosticado en 4% de la economía este año, en comparación con más de 10% en 2009 - lo cual incluso puede verse eclipsado como el único tema que dirige la política. El momento de una "gran negociación"  por el recorte de déficit se ha ido.

Por primera vez desde 2009, hay una mayor probabilidad de que la política fiscal se sume a la demanda en 2014 a que se reste de ella. Habría un impulso fiscal en el escenario bastante plausible de que el Congreso sienta un poco de dolor y anule el sequestration (reducción de gasto).

La crisis de la eurozona, que se hizo sentir en 2011 y 2012, se prolonga. Sin embargo, los mercados se han calmado - el rescate chipriota de este año fue apenas un parpadeo en Wall Street . Los legisladores de la eurozona tienen un talento para el desastre que nunca debe ser subestimado, pero tendrán que sobresalir para ofrecer un verdadero golpe a la economía estadounidense en 2014.

Mientras tanto, la reactivación inmobiliaria pesa sobre el mayor anclaje en la economía de EEUU desde 2008: el lastre para el consumo de los hogares atrapados con una gran hipoteca y una casa barata. Las cifras publicadas por Corelogic la semana pasada mostraron un 24% de disminución año a año en los procesos de embargos.

La recuperación inmobiliaria tiene un poderoso efecto acelerador. Los precios más altos de vivienda implican que más personas tienen suficiente capital en sus hogares para refinanciar con una tasa hipotecaria más baja. Hagan esto y pueden empezar a gastar más. Ayuda a la gente cambiarse de casa, creando una demanda de todo lo trae con esto - muebles, accesorios y papel mural - y estimula nuevas construcciones.

Finalmente, las tasas de interés están más bajas que en años anteriores, agregando mayor soporte para la economía, y la Reserva Federal en sí es menos riesgo al crecimiento. Sus nuevas políticas ligan el alivio al estado y la economía. Esto reduce las probabilidades de ajustes prematuros.

"Está nevando todavía", dijo Ígor el burro de Winnie the Pooh, con tristeza. "Sin embargo", dijo, animándose un poco, "no hemos tenido un terremoto últimamente". En los últimos años nos han convertido a todos un poco como Ígor en la economía, pero 2014 debería ser un año de mayor felicidad.

© The Financial Times Ltd. 2011