El sábado recién pasado el Consejo Fiscal Asesor (CFA) publicó el acta de la última reunión donde se revisaron las últimas cifras del cierre del 2017. Y a diferencias de años anteriores hubo una discrepancia en la forma de calcular el déficit fiscal estructural y por ende, la cifra que el Consejo validó fue distinta al -1,7% que entregó la Dirección de Presupuestos el 30 de enero. Esto porque considerando la metodología habitual para calcular los ingresos de Codelco, el déficit llegó a -2,1%.
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Ante esta disyuntiva, la presidenta del Consejo Fiscal Asesor, Andrea Repetto salió al paso de lacontroversia descartando cualquier mala intención en la estimación de las cifras de la Dipres. Asimismo, la economista sugirió que antes de realizar una revisión a la regla fiscal, el CFA debería ser un organismo que cuente con más atribuciones y sea independiente.
En concreto, ¿cuál es la principal causa que provocó esta diferencia?
-Se hizo una revisión del precio al que Codelco vende la libra de cobre. Al revisar la planilla del balance estructural a fines de enero, llamó la atención este precio y se pidió a la Dipres revisarlo. Detrás de todo esto hay una buena noticia: Codelco está vendiendo a precios por sobre la Bolsa de Metales de Londres. Ello es algo no muy usual y si bien afecta negativamente los ingresos estructurales, conlleva mayores ingresos efectivos.
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Como presidenta del CFA, ¿cómo califica el accionar que tuvo Hacienda y la Dipres en el cálculo del déficit y en la forma en que se publicó el acta del consejo?
-Aquí no hubo ni manipulación, ni intencionalidad alguna. Fue un error desafortunado, pero que ya se corrigió. Esto nos invita a pensar en la forma en que incorporamos los ingresos de Codelco al balance estructural.
Para efectos de la cifra oficial de balance, ¿cuál debería ser?
-Con la metodología actual y la información que poseemos a la fecha, el 2,1% es la mejor aproximación que tenemos. La publicación final se hará en algunos meses y ciertamente ahí también podría haber cambios.
Dada esta coyuntura y considerando el inicio del nuevo Gobierno, ¿cree que es el momento de revisar la regla y cambiar la metodología?
-Antes de revisar la metodología y la regla misma, hay que conformar un Consejo Fiscal independiente, con recursos y capacidades técnicas para hacer un seguimiento autónomo más acabado. Sólo entonces y en ese contexto, me parece que se puede comenzar una discusión más profunda de la manera en que se evalúa nuestra política fiscal. A la fecha, la regla ha sido una guía útil, a pesar de numerosas dificultades. Pero se trata de un instrumento que debe revisarse cada cierto tiempo, resguardando su credibilidad.
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¿Cree entonces que el CFA debiera tener más facultades y ser más autónomo?
-Creo que debiese ser autónomo, pero ello no significa que su posición debe ser vinculante, al menos no en lo que se refiere al gasto fiscal. En una democracia, las decisiones de gasto fiscal son resorte de la autoridad electa por la ciudadanía.
A su juicio, ¿qué cambios impulsaría?
-Hemos aprendido muchas cosas en estos años de funcionamiento de la regla. Por ejemplo, que la regla no es acíclica como debiera, porque los insumos que proveen los comités de experto no lo son. También aprendimos que cada vez que se modifique un impuesto, debiese pensarse durante el proceso legislativo, qué es lo que las eventuales reformas implican para la regla. Recientemente, el ex ministro Nicolás Eyzaguirre nos hizo notar los efectos de la asimetría tributaria en el tratamiento de pérdidas y ganancias, algo que merece una revisión más acabada. Hay mucho que pensar en este ámbito.
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¿Cuánto puede afectar a las cuentas fiscales que haya un mayor déficit fiscal al que se había previsto?
-Se trata del déficit estructural, no del déficit efectivo. Creo que siempre vale la pena recordar que así como no conocemos cuál es la productividad de la economía y sólo tenemos aproximaciones a ella, tampoco sabemos cuál es la situación exacta del balance estructural. Hay mucha incertidumbre respecto de su verdadero nivel y tampoco conocemos cuál es el margen de error de nuestras estimaciones. Lo importante hoy es que debemos reconocer que una vez que el gasto fiscal eleva su ritmo de crecimiento algo que comenzó el 2009, es muy difícil detenerlo. Ello lo experimentaron tanto el primer gobierno de Sebastián Piñera como el segundo de Michelle Bachelet. Si no se allegan nuevos recursos -para lo cual reducir los impuestos no colabora -hay que restringir el gasto. Sabemos que eso es muy difícil de hacer en la práctica. La experiencia internacional y la propia así lo sugieren.
¿El próximo Gobierno deberá determinar si los flujos de Codelco se determinarán con criterio caja o devengado? ¿Qué criterio debería usarse a su juicio?
-Por lo general, no es relevante la diferencia. Ello sucedió esta vez por las pérdidas tributarias de Codelco de hace unos años, y quizá no se repita. Pero tal vez es algo que haya que considerar para los impuestos que pagan las empresas privadas.