En lo que para muchos parece ser la confirmación de que estamos en un mundo al revés, el presidente de China, Xi Jinping, hizo una de las más férreas defensas de la globalización y nada menos que frente a la élite empresarial y política del mundo, llamando a rechazar las guerras comerciales y el proteccionismo, en su primera crítica pública a las políticas que defiende el próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Sin nombrar directamente a Trump, los comentarios del líder comunista fueron dirigidos al empresario que el viernes asumirá la presidencia estadounidense. Por ejemplo, Xi dijo en el Foro Económico Mundial en Suiza que las deficiencias de gobierno y no la globalización, estaban causando ansiedad en el mundo. También instó a los líderes políticos y multimillonarios presentes a cerrar las brechas de distribución de la riqueza y a mejorar la regulación financiera, sin abandonar las políticas que han impulsado décadas de crecimiento.

Xi mencionó el éxodo de refugiados sirios y la crisis financiera mundial como ejemplos de problemas generados por una mala administración más que por mayores vínculos económicos. Además, indicó que reconocía que si Beijing era provocado para entrar en una guerra comercial con Estados Unidos bajo el mandato de Trump, también dañaría las propias perspectivas de China.

“Buscar el proteccionismo es como encerrarse en un cuarto oscuro, en el cual se podría evitar el viento y la lluvia, pero también se impediría que entre la luz del sol”, dijo Xi, el primer jefe de Estado chino en dar un discurso en la reunión anual en Davos. “Iniciar una guerra comercial solo causará daños y pérdidas a ambas partes”, señaló.

“Muestra que China no está subestimando el peligro de la irrupción de una guerra comercial”, dijo a Bloomberg He Weiwen, sudirector del Centro para China y la Globalización, con sede en Beijing.

El nuevo rol de China

La aparición de Xi ocurre en momentos en que el rol de Estados Unidos para la cooperación multilateral en temas como el comercio y el cambio climático está en duda tras la elección de Donald Trump como presidente.

Europa, por su parte, está enfocada en sus propios problemas, desde el Brexit y los ataques de milicianos a una serie de las elecciones este año en la que los candidatos antiglobalización podrían anotar ganancias. Esto ha dejado un vacío que China parece deseosa de llenar, consignó Reuters.

“No es casualidad que Xi haya elegido este año para hacer el viaje a la montaña mágica”, dijo Ian Bremmer, presidente de Eurasia Group, una consultora de riesgo político en Estados Unidos.

Más de media decena de figuras chinas de alto nivel están en Davos esta semana, mucho más que en años anteriores. Y un gran número de sesiones se centrarán en Asia, incluyendo una titulada “Asia toma la delantera”.

El fundador del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab, dijo que la presencia de Xi era una señal de la transición de un mundo unipolar dominado por Estados Unidos a un sistema más multipolar en el que las potencias emergentes como China tendrán que dar un paso adelante y jugar un papel más importante.

“Podemos esperar que China en este nuevo mundo asuma un rol de liderazgo receptivo y responsable”, dijo Schwab a Reuters. “Así que, en cierto modo, es muy simbólico tener al presidente de China aquí”, agregó.