Presidente de la Viña Odfjell, Laurence Odfjell: "Queremos ser uno de los mejores productores de vino orgánico premium del mundo"
-Presidente de la viña boutique que lleva su nombre y que tiene como director a Silvio Rostagno, entrega su visión sobre la vitivinicultura chilena. Asegura que Chile tiene todas las condiciones para avanzar hacia vinos orgánicos.
Laurence Odfjell, presidente de la viña boutique que lleva su apellido en Chile, estuvo de paso por el país. Miembro de una de las familias más acaudaladas de Noruega, vive en Singapur, aunque los últimos 10 años los ha pasado prácticamente arriba de un avión, recorriendo el mundo. En su paso por nuestro país habló del futuro de la industria vitivinícola y de su apuesta por los vinos orgánicos. La viña exporta 65 mil cajas y cuenta con un plan de crecimiento que considera inversiones por US$ 5 millones al 2020, aunque sus planes son mucho más ambiciosos.
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¿Cómo ve la industria del vino hoy en Chile?
- Llevamos 20 años en la industria del vino, pero cuando partimos, el sector estaba dominado por cabernet sauvignon y merlot. En las últimas dos décadas he visto el tremendo desarrollo de Chile y la fortaleza de la industria del vino es su diversidad. Desde unos muy finos con 100 puntos, hasta vino a granel muy competitivo a nivel mundial. Hay de todo.
Creo que los últimos cinco años, por suerte, la industria está recibiendo un reconocimiento internacional mayor, porque Chile está produciendo vinos de mejor calidad. Eso está ayudando a que el consumidor extranjero elija los vinos chilenos, pero Chile aún es reconocido por producir vinos buenos, bonitos y baratos. Eso sí, ahora hay espacios para romper esto más fácilmente.
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¿De qué forma?
-Por ejemplo, los vinos biodinámicos, que tienen sus valores propios. Hoy, los vinos biodinámicos están teniendo una aceptación que no esperábamos.
En Chile aún hay muchos viñateros que no están consiguiendo la sustentabilidad, y eso tiene que ver con el bueno, bonito y barato. Sólo los grandes que tienen economías de escala y pequeños que tienen cosas muy finas lo han logrado. Pero las condiciones están, porque el producto es bueno.
¿Hacia dónde debiera avanzar la industria del vino en Chile?
- Creo que Chile tiene todo para seguir avanzando en una industria vitivinícola orgánica, porque las condiciones del clima son fantásticas. ¿Para qué echar químicos y herbicidas? Eso es flojera mental, porque si Chile logra el reconocimiento mundial como productor de vinos orgánicos será un valor importante. Pero existen las bases para tener muy buenos vinos. Veo un bonito panorama si se hace ese trabajo pacientemente, mostrando diversidad y estando abierto a mostrar cosas distintas.
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¿Cree que la industria hoy en Chile está abusando del uso de la madera?
- Ese es un asunto de estilos. No podría calificarlo como abuso. No hay una respuesta correcta con vinos para decir si está o no con defecto. No diré si un vino se debe hacer con o sin madera, lo que sí debo aclarar es que los vinos nuestros apuntan a ser con cada día menos madera. ¿La razón? La uva que tenemos es de tan buena calidad, que queremos mostrarla.
Sería bueno ver una industria con una mayor visión de vinos orgánicos, porque es mucho más accesible aquí que en otros países. Vivo en Singapur y cada vez que veo fruta chilena en los supermercados la elijo siempre. Chile tiene una oportunidad de país debido a las condiciones de paraíso en su clima para avanzar en vinos orgánicos.
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¿Cómo han avanzado en el plan de reestructuración de la viña?
- Como familia no somos especialistas en vinos. Yo no soy un empresario de vinos, pero Silvio Rostagno cuenta con una amplia experiencia. Queremos ser uno de los mejores productores de vino premium del mundo, no sólo en Chile. Y para lograr eso debimos fortalecer nuestro directorio para que la gerencia tenga una buena contraparte.
¿Cómo es el trabajo del directorio?
- Nos reunimos cuatro veces al año. Porque mi principal impedimento es el lugar donde vivo, el que elegí debido a que el corazón del negocio de la familia es el sector naviero.
¿Qué le parecen los vinos que alcanzan un valor de $ 300 mil o $ 200 mil en Chile? ¿Cree que ese precio se condice con la calidad?
- Los noruegos somos bien igualitarios, pero me cuesta justificar vinos de ese precio. Si el precio es por estatus y no por calidad, me parece que hay un problema. La gente compra cosas por valores absurdos en Singapur. Pero si en el exterior están comprando los vinos chilenos con esos precios es una muy buena señal que antes no pasaba. Producir vinos así es una tremenda responsabilidad, porque si no hay calidad allí, no estás construyendo una buena imagen país, sino que sólo un bluf.
Relación con Chile
¿Qué no le gusta de Chile? ¿Cómo nos ven hoy desde afuera?
- Chile fue muy generoso conmigo, porque viví siete años aquí. Chile es un país dividido aún después del golpe de Estado. Al no haber un proyecto único de país, eso significa que Chile no está logrando su pleno potencial. Si un gobierno está liderando, la oposición no está tratando de ellos obtengan éxito y eso ocurre viceversa. Eso es igual a lo que está pasando en Estados Unidos, porque están pensando más en sus partidos que en un proyecto país. Eso lo veo como una cosa muy mala. Pero si Chile logra unirse, va a poder alcanzar muchos más logros. Siempre va a haber diferencias, porque siempre se necesita la diversidad.
¿Ve en este gobierno mejores oportunidades para aquellos que no pueden contar con ese acceso al potencial de crecimiento?
- No conozco en detalle el plan de gobierno de Sebastián Piñera. Lo que sí espero es que con un mayor positivismo el país crezca y así haya espacios para hacer inversiones en salud, educación y otras áreas. Todo parte con crecimiento económico.
Pero mi crítica en Chile es que existe poca tolerancia y apoyo. El país está dividido. No existe tanta colaboración.
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