El Senado de EEUU dio un gran paso hacia aprobar el presupuesto bipartidista acordado la semana pasada, luego de que una docena de republicanos se sumaran a la mayoría demócrata al permitir que la medida siga hacia una votación final.

La propuesta, negociada por Patty Murra, presidenta demócrata del comité de presupuesto del Senado, y Paul Ryan, el presidente republicano del comité de presupuestos de la Cámara, pasó una etapa fundamental por 67 votos contra 33.

La propuesta pasará a una votación final en la cámara alta esta semana, instancia en la cual lo más probable es que se apruebe. Entonces se dirigirá a la Casa Blanca para la firma por parte del presidente Barack Obama, quien apoya el acuerdo.

La legislación fija niveles de gasto para los próximos dos años, reduce las probabilidades de un cierre del gobierno y trae algo de estabilidad a la política fiscal estadounidense tras tres años de discusiones al borde del abismo.

"El proyecto bipartidista da el primer paso hacia reconstruir nuestro roto proceso de presupuesto. Y ojalá, hacia reconstruir nuestro roto congreso", dijo Murray cuando hizo la apelación final a las votaciones ayer.

"Hemos pasado demasiado tiempo luchando por arreglar crisis artificiales en vez de trabajar juntos para resolver los grandes problemas que todos sabemos que necesitamos enfrentar", agregó.

El cómodo margen de apoyo en la votación de ayer podría ofrecer algo de confianza a los funcionarios de la Reserva Federal estadounidense, de que la disfunción política en el Capitolio está cediendo a medida que deciden si desacelerar o no el ritmo de apoyo monetario para la economía estadounidense.

Pero la legislación no elimina completamente el riesgo de que el Congreso le inflija otra herida a la economía estadounidense, dado que los republicanos podrían intentar extraer nuevas concesiones de Obama, para elevar el límite de deuda a comienzos del próximo año, provocando una nueva crisis.

Uno de los grandes puntos en el acuerdo es si reemplaza algunos de los recortes automáticos al presupuesto establecido en marzo bajo el sequester, elevando el gasto en el corto plazo para aliviar la presión en muchas de las agencias gubernamentales, mientras bloquea otros gastos más avanzada la década.

Pero los mayores niveles de gasto hacia 2015 provocaron un retroceso desde los influyentes grupos conservadores que criticaban el compromiso, generando nerviosismo y oposición en algunos legisladores republicanos, particularmente en la cámara alta.

"Por primera vez desde la guerra coreana, el gasto del gobierno ha caído por dos años seguidos... Este fue un progreso difícil en nuestro camino para llevar de vuelta el orden a nuestra situación fiscal. No debiéramos retroceder en ese compromiso", dijo Mitch McConnell, el líder republicano en el Senado, explicando su votación contra la medida.

McConnell enfrenta una dura batalla por la reelección el próximo año, incluyendo un desafío de la derecha en su estado natal de Kentucky.

Pero más de un cuarto de los republicanos permitieron que la legislación avanzara.

"Este acuerdo no es todo lo que yo esperaba, y no es lo que yo habría escrito. Pero a veces la respuesta tiene que ser sí. La realidad es que los republicanos controlan sólo la mitad de un tercio del gobierno", dijo Orrin Hatch, el republicano de mayor rango en el Comité de Finanzas del Senado.

La semana pasada, la Cámara aprobó el proyecto de presupuesto por un margen de 332 a 94 luego que Ryan lograra convencer a muchos conservadores escépticos a aceptar un compromiso poco común con los demócratas. Murray logró mantener el apoyo unánime de los demócratas en la cámara alta, pese a la ausencia de cualquier extensión de beneficios por desempleo federales que expiran a fin de año.

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