BEN BERNANKE, Janet Yellen, Alan Greenspan y Joseph Stiglitz figuran entre los ex presidentes del Consejo de Asesores Económicos de EEUU. El último en la lista es Jason Furman, quien acompañó a Barack Obama en los años de la recuperación post Crisis Financiera (agosto de 2013- enero de 2017) y que no ve con buenos ojos lo que están haciendo los sucesores de esa administración.
"Es como una subida de azúcar", asegura a Pulso el ahora académico de la Universidad de Harvard, sobre los efectos positivos que tendrá la reforma tributaria en el corto plazo. Transcurrido el primer año de Donald Trump en la Casa Blanca, las perspectivas de Furman de aquí a diez años no son positivas, dado el cada vez más pesado déficit que arrastra la primera economía mundial.
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¿Cómo evalúa el manejo económico de Trump en este primer año?
-La economía de EEUU lo hizo muy bien en 2017, con un fuerte crecimiento económico, de empleos y baja tasa de desempleo. Eso refleja mayormente la recuperación de la economía global, no las políticas de EEUU. Hasta el momento las políticas económicas del Presidente Trump han hecho poca diferencia, algunas han sido un poco positivas y otras un poco negativas, pero en general el fortalecimiento global ha sido más importante que cualquier cosa que haya hecho él.
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La confianza sube a nivel empresarial y del consumidor, ¿no merece algo de crédito por eso?
-En el caso de los consumidores esto no se ha traducido en gastos. Ellos pueden decir que se sienten más optimistas, pero cuando abren sus billeteras no están gastando más de lo habitual. Por otra parte, el aumento de la confianza a nivel empresarial, salvo en el sector petrolero, no ha ido de la mano de grandes aumentos de la inversión. La confianza está un poco desconectada de lo que realmente ocurre en la economía.
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Entonces, ¿su balance es negativo?
-Hizo muy poco en 2017 y mirando hacia adelante el impacto de las políticas de Trump va a ser negativo. La reforma tributaria va a ayudar en el corto plazo pero después conducirá a más deuda y déficit, lo que generará daños de aquí a diez años. Por lo tanto, la economía a largo plazo va a estar peor, pero en el corto plazo quizá haya algunos beneficios.
¿Qué le parece la reforma tributaria?
-Tiene buenas y malas partes. Reducir los impuestos corporativos (de 35% a 21%) fue importante para EEUU, porque eran muy altos, pero la reforma tributaria no pagó la rebaja en impuestos, por lo que el próximo año vamos a tener un déficit superior a los US$3 billones (millón de millones), lo que va a ser un verdadero problema para la economía estadounidense.
¿Qué tan preocupado está por el déficit?
-Estoy muy preocupado. Nunca tuvimos un déficit como este, fuera de los momentos de una gran recesión o una gran guerra. A veces hay buenas razones para tener un déficit, pero no las hay ahora.
Trump espera que con impuestos más bajos haya más interés por invertir en EEUU, lo que permitirá recaudar más impuestos. ¿Está de acuerdo?
-Esa es una idea que rechazan casi todos los profesionales de la economía, que en su mayoría creen que la rebaja de impuestos va a reducir los ingresos y aumentar el déficit. La idea de que impulsará el crecimiento y se financiará por sí misma es completamente infundada.
Entonces, ¿esta rebaja de impuestos tampoco es garantía de mayor crecimiento?
-Bajar impuestos te ayuda en el corto plazo, pero esto no es más que una subida de azúcar, porque para impulsar el crecimiento en el largo plazo necesitas más innovación, investigación, acumulación de capital, infraestructura, educación... Se necesitan muchos ingredientes, no basta una rebaja de impuestos para resolver todos tus problemas.
¿Ve políticas dirigidas a los otros ingredientes que impulsan el crecimiento?
-Él se ha enfocado en impuestos y regulación. Limitar la inmigración y el comercio va a dañar la economía. No se ha hecho nada sobre educación y no hay ninguna propuesta de infraestructura, ha hablado sobre ellos, pero no lo ha formalizado en una propuesta.
Trump piensa en la reforma como un incentivo para que las compañías de EEUU regresen al país, ¿espera que eso ocurra?
-Va a regresar el dólar, la pregunta es dónde irá. Lo más probable es que vuelva a los accionistas y no a la generación de empleos, como ha ocurrido en el pasado.
¿Está de acuerdo con los demócratas respecto a que se beneficia a los ricos y no tanto a la clase media y los más pobres?
-Sí. Fuera de lo que pasa con el crecimiento está lo que pasa con las familias. Se subieron los impuestos a decenas de millones de hogares de clase media y no creo que esa sea una buena idea. Además, resulta desproporcionado con los beneficios que trae para quienes reciben los más altos ingresos. En EEUU tenemos un problema de desigualdad, no deberíamos empeorarlo.
Pero empresas como Walmart ya anunciaron aumentos del sueldo mínimo, ¿refleja esto el efecto positivo de la reforma?
-Walmart hizo dos anuncios en las últimas dos semanas, uno sobre el aumento de sueldos y el otro es que va a cerrar 52 tiendas. No sé cómo se puede decir que subir salarios es por la reforma tributaria y cerrar tiendas no lo es. Ambas decisiones tienen poco que ver con la reforma y más con la caída de desempleo y el aumento de la competencia en el mercado laboral.
Pero las expectativas de las ganancias de las empresas están subiendo. ¿No hay espacio para el optimismo?
-Si reduces impuestos en US$200.000 millones eso va a aumentar las ganancias. Con esto, la reforma está subiendo el precio de las acciones, pero esto no significa que guíe a una mejor economía. Va a haber una mejora en las utilidades después de impuestos, pero lo que realmente quieres es que aumenten antes de impuestos.