Las protestas están una vez más atravesando Turquía, aumentando los temores de un prolongado período de inestabilidad ante las elecciones locales y presidenciales de 2014 y en momentos en que la economía está bajo presión.
En la noche del miércoles pasado, la policía trató de hacer retroceder a los manifestantes de luto por la muerte de uno de los suyos.
Las manifestaciones están teniendo lugar en todo Turquía, aunque en una escala más pequeña que los disturbios que estallaron en el parque Gezi en junio.
Algunos observadores temen el efecto del conflicto en una economía ya frágil: Turquía reportó un déficit de cuenta corriente de US$5.800 millones para julio - mayor de lo esperado - y una fuga de cartera de US$3.100 millones en el mes.
"Esta no es una nueva ola de protestas Gezi, esto es mucho más reducido, más politizado, no tan fuerte, ni tan generalizado", dijo Murat Yetkin, columnista turco. "Pero es un indicio de una mayor polarización, de grietas en la sociedad que se hacen más profundas".
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