Desde hacer una reverencia a la reina Isabel a llamarla "Su Majestad", la actriz estadounidense Meghan Markle tendrá que aprender sus líneas reales cuando se case con el príncipe Enrique y se una a la monarquía británica.
Reglas no escritas gobiernan cómo deben comportarse los miembros de la realeza. Aunque muchos protocolos anticuados han dejado de observarse, aún hay cierta etiqueta que se esperará que siga Markle tras su matrimonio el 19 mayo con el nieto de la reina.
"El problema es que tiene que recordar que, como miembro de la familia real, ella representa a la familia, o como ha sido llamada, a 'la marca'", comentó Grant Harrold, que sirvió como mayordomo de Enrique cuando trabajaba para su padre, el príncipe Carlos, y que ahora provee de orientación experta sobre el tema.
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"De modo que creo que hay bastante presión para asegurar que lo haga bien porque lo último que quiere es hacer algo mal o cometer un error que se convierta en noticia de portadas, y entonces sería vergonzoso para ella y para la familia real", dijo Harrold a Reuters.
Para alguien que creció en Los Ángeles, la vida más allá de los muros de palacio difícilmente sería diferente.
"Creo que Meghan saldrá adelante, pero encontrará que parte de ello es difícil de sobrellevar", dijo Andrew Morton, que escribió una biografía de la novia.
"Esta es una chica que fue defensora de la igualdad de género en Naciones Unidas, que tendrá que hacer reverencias a la reina e incluso a (su futura cuñada) Kate Middleton en ocasiones", agregó.
Según Harrold, el protocolo formal que observa la realeza fue establecido mayormente por el rey francés Luis XIV en el siglo XVII antes de ser adoptado por otras monarquías.