Dos años después de estar al límite de la  quiebra, el constructor francés PSA Peugeot Citroën anunció este miércoles que  volvía a tener resultados positivos en 2015, con un beneficio neto de 1.200  millones de euros (US$1.317 millones).

El grupo, que realizó unos ingresos de 56.300 millones de euros (US$61.800 millones), un aumento de 5,7%, va  a pagar una prima de 2.000 euros (US$2.200) de media por empleado en Francia, indicó el  presidente de su directorio, Carlos Tavares.

PSA, con sus marcas Peugeot, Citroën y DS, es el primer grupo  automovilístico francés en términos de unidades producidas: 2,97 millones el  año pasado, un tercio de ellos en Francia.

La firma dijo que su división automotriz alcanzó el año pasado un objetivo de margen operativo del 5% que había fijado para el período 2019-2023.

Azotado por la crisis del automóvil europea en 2008-2013, el grupo llegó al  límite de la quiebra a principios de 2014 pero se salvó gracias a la  intervención del Estado francés y de la empresa automotor china Dongfeng.

Tavares fue entonces nombrado presidente del directorio de PSA con la  misión de devolver a flote el buque insignia de la industria francesa.

Las medidas que se tomaron para reducir gastos se centraron en los  esfuerzos de los empleados en el marco de un plan de competitividad, en una  simplificación de las gamas y en las cesiones.