¿Qué es el coaching ejecutivo?
Un entorno laboral globalizado y en permanente cambio exige a los profesionales integrarse a equipos de trabajo multidisciplinarios y multiculturales. Lograr esto supone el despliegue de lo que denominamos "competencias gerenciales no-tecnológicas", las que permiten construir equipos sólidos trabajando en una misma dirección.
La habilidad de movilizar todo el talento hacia un mismo objetivo, exige dar una prioridad esencial al lenguaje. Diseñar conversaciones que movilicen a la acción y al compromiso y que actúen a su vez como catalizadoras del talento, lo cual supone una competencia básica del liderazgo moderno conseguida a través del coaching.
El coaching ejecutivo ha cobrado mayor relevancia, principalmente en el ámbito empresarial e institucional, ya que proporciona un marco de referencia y una metodología eficaz que apoya a las personas de todos los niveles a lograr los objetivos estratégicos con mayor efectividad, descubriendo su propio potencial, mediante un conjunto de poderosas técnicas que propician la adquisición y/o el desarrollo de competencias que conducen a las personas a adaptarse e impulsar los cambios en la empresa y en su propia persona.
La gran ventaja del coaching es que el coach no está en el campo de la acción, pero lo ve y "ve a los protagonistas". No desarrolla su propia estrategia, la estrategia es de los jugadores (colaboradores) o del equipo. Si no funciona, ayuda a buscar los motivos del "por qué no", a buscar nuevas alternativas y apoyar su implementación.
El proceso de coaching no suministra recetas, su función es ayudar al despliegue de estrategias y tácticas para el logro de los objetivos personales en el marco de la gestión de personas.
Un equipo es equiparable a una orquesta sinfónica donde cada miembro tiene su área de especialidad, la ejecución de su instrumento. La labor del director es clave para que cada instrumento entre cuando tiene que hacerlo y se articule adecuadamente con todos los demás. A través de este proceso se desarrollan las habilidades de gestión para lograr la integración de equipos de alto rendimiento que contribuyan a generar un aumento de la productividad y de la positividad.
El coach ejecutivo acompaña al coachee a ver sus luces y sombras, a revisar, desafiar y reformular los paradigmas que le cierran posibilidades, a descubrir sus brechas para determinar sus áreas de aprendizaje y a potenciar sus habilidades para ponerlas al servicio de su equipo, incluyendo pares, jefes y colaboradores, con el fin de ser más efectivo como líder y una persona más completa y satisfecha de su actuar en el mundo, habitualmente incluyendo su vida personal. Investigaciones en varios países muestran que la rentabilidad del coaching ejecutivo es notablemente superior a la generada por la formación tradicional.
El coaching ejecutivo es una profesión nueva. En muchas ocasiones, la palabra coaching es utilizada inadecuadamente con intenciones de posicionar, en términos de marketing, ofertas que nada tienen que ver con lo que realmente es. Muchas personas que salen de organizaciones por distintas razones, se presentan en el mercado como coaches, así como antes lo hacían como consultores.
Varias "instituciones" ofrecen programas de formación que aseguran poder certificar como coaches a los participantes en actividades de fin de semana o en cursos cortos que no permiten el desarrollo de las competencias necesarias para un ejercicio profesional adecuado. Es suficiente utilizar los buscadores de Internet para encontrar ofertas insólitas. Otras ofrecen "certificación" por ellas mismas, sin control o supervisión institucional. Varias empresas tienen programas internos que denominan coaching, pero que, en realidad, son mentoring u otra cosa.
El desconocimiento por parte de muchas personas y organizaciones y la intención de capitalizar una expresión que "suena bien" o que está de moda, han dado origen a un fenómeno de intrusismo que sólo puede acarrear una imagen deformada de lo que realmente hacemos, implica un problema ético y genera peligro para los clientes, algunos de los cuales afirman haber tenido experiencias frustrantes o poco significativas en relación a la inversión realizada.
También se da el caso de coaches que ejercen la profesión sin conocer la realidad de las empresas y los resultados del proceso quedan en una especie de caja negra que poco aportan a los resultados.
Hay varios tipos de coaching. No es lo mismo el life coaching que el coaching ejecutivo. Utilizan herramientas y se fijan objetivos diferentes. Cada día es más importante que las empresas constaten qué formación y experiencia tiene un coach antes de contratarlo. Existen instituciones que velan por la calidad de la formación y la práctica profesional con estándares y exigencias muy altos. La más reconocida es la International Coach Federation (ICF). Con más de 22.000 socios en 122 países es hoy la principal organización mundial dedicada a fomentar la profesión del coaching mediante la definición de altos niveles de calidad, la certificación independiente y la creación de una red de coaches acreditados. La ICF define el coaching como la colaboración con los clientes en un proceso creativo y estimulante, que les sirva de inspiración para maximizar su potencial personal y profesional. En varios países, muchas organizaciones exigen que los coaches que contratan estén en un programa de supervisión para garantizar un alto nivel de desempeño.
El autor es director general deTeam Building Consultores Chile.
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