Lunes 24 de junio, 10:15 horas, Michelle Bachelet aterriza en Concepción acompañada de su vocero, Álvaro Elizalde; su jefa de prensa, Paula Walker, y la encargada de programación, María Eugenia París.
A pocos minutos de su llegada y desde el avión, Walker activa la coordinación con las nueve personas del equipo que el día anterior viajaron hasta la Octava Región para afinar los detalles de la última gira de la candidata al sur antes de las primarias de este domingo. Concepción, Lota, Coronel y Chiguayante son las comunas elegidas.
Media hora después de su aterrizaje, Bachelet ingresa al quinto piso de la municipalidad de Concepción, ubicada a metros de la plaza de armas. La espera el alcalde Álvaro Ortiz (DC), los concejales y un grupo de cerca de cincuenta funcionarios municipales.
Se abren las puertas del ascensor y Bachelet comienza a saludar, uno a uno, a todos los presentes. Sonríe, abraza y da la mano. "Estoy feliz de estar aquí", asegura. Sus movimientos son seguidos de cerca por dos de los escoltas que la acompañan, entre ellos una mujer que hace pocos días se sumó a su protección.
Tras una breve reunión con el alcalde y los concejales, la candidata realiza un punto de prensa con los medios locales.
Afuera de la municipalidad la espera el comando comunal de Concepción junto a un grupo de adherentes de Alejandro Navarro (MAS). En una camioneta con alto parlantes suena el jingle "yo quiero Chile, yo quiero Michelle" una y otra vez.
En una caravana de cuatro autos, Bachelet se desplaza hasta el ex sindicato número 1 de Lota. La calle está cortada. Cerca de 400 personas logran entrar al encuentro ciudadano. Otras 100 se quedan afuera.
En el escenario la acompañan Navarro, los diputados Clemira Pacheco y Manuel Monsalve, y el aspirante a senador por la Octava Cordillera Felipe Harboe. Como telón de fondo, una bandera del PC.
Tal como ha sido la tónica de todos sus discursos, Bachelet inicia su intervención asegurando que ha vuelto a Chile "por el cariño de la gente". Mientras habla, dos señoras comentan: "es bajita, casi no usa maquillaje, no anda ni con tacos".
Bachelet habla con voz firme a la hora de abordar sus propuestas. Se pone seria y sube el tono al asegurar que su programa busca impulsar mayor igualdad. "Haremos una reforma tributaria para que los que ganen más, paguen más". La candidata hace una pausa e inicia la tercera etapa de su discurso: el llamado a votar.
Asegurando que hoy más que nunca se necesita la participación de la gente en la primaria porque "nada está asegurado" Bachelet le pide a cada uno de los presentes que comprometan su voto y el de sus amigos, familiares y vecinos para tener un triunfo "contundente". Una mujer en el público la interrumpe y grita: "¿y al amante también?". La ex mandataria ríe: "Por supuesto, el corazón es grande", asegura entre risas.
Esa tarde Bachelet se trasladará a dos comunas más. Repetirá prácticamente el mismo discurso, donde además de llamar a votar y dar cuenta de sus propuestas, abordará las críticas al cambio en la ficha de protección social y la reducción de los beneficios durante este gobierno. "Ya lo vamos a arreglar chiquillos, tranquilos", asegura.
Tras su última actividad -realizada en Chiguayante- Bachelet y su equipo vuelven al aeropuerto de Concepción. Luego de sacarse un par de fotos con otros pasajeros, la candidata llega hasta el restaurant del segundo piso del terminal aéreo. Acompañada de Elizalde, París y Walker, se toma un té y un sandwich. En la mesa del lado, el resto del equipo.
Tras una hora de retraso en el vuelo, Bachelet y su equipo llegan hasta la puerta 4 de la sala de embarque, donde hace la fila para abordar. Ya en el avión, Bachelet revisa un par de correos desde su iPhone 5 blanco. Casi una hora después, se sube a una camioneta que la llevará hasta su casa en La Reina. Siete horas después, volverá hasta el aeropuerto de Santiago, esta vez rumbo a Iquique. Hoy, la candidata llegará hasta San Miguel para poner fin a la campaña de primarias.