El mapa de los inversionistas ángeles en Chile ha cambiado. Hace algunos años eran grandes empresarios que estaban al alero de universidades y sus redes, pero hoy son principalmente privados. Según entendidos, esto ha pasado porque en nuestro país aún no existe una noción de cuál es su rol, qué beneficios genera y en qué etapa entran a jugar como financistas.
Según cifras de Corfo las redes de capitalistas ángeles apoyadas por esta entidad alcanzaron los US$15,3 millones entre 2005 y 2012. De esto, sólo el año pasado se registró una inversión de US$1,8 millones.
Adictos a la adrenalina
¿Pero qué es un inversionista ángel? El gerente de emprendimiento de Corfo, Juan de Dios Valdivieso explica que son quienes apuestan por proyectos en etapa posterior al inicio, (que es impulsado por fondos como capitales semilla o incubadoras), pero antes del desembolso de los fondos de capital de riesgo. Esto es justo en el punto de equilibrio en el que el emprendimiento sale del “valle de la muerte” (etapa inicial en la que sólo hay costos para los emprendedores) y pasa a generar ingresos.
“Son personas individuales, no necesariamente de alto patrimonio, que les va bien y tienen recursos, y en vez de meterlo en APV o en fondo mutuo, deciden aportarlo a empresas de alto crecimiento. La inversión de estos promedia los US$250.000”, agrega Valdivieso.
El director de First Tuesday & Founder Institute Tim Delhaes, afirma que en Chile los ángeles son en su mayoría emprendedores a quienes les gusta la dinámica del riesgo en los negocios. “Son personas a las que le gusta este tema . Ellos nunca pierden, quizás pierden plata pero ganan entretención, experiencia y redes”, señala.
Delhaes coincide que en un principio hubo esfuerzos por agruparlos pero estos “se han desarmado, desaparecido o reinventado”.
A principios de este año, Delhaes organizó una comida a la que se invitó a distintos inversionistas de este tipo entre los que se encontraban el director del centro de gobierno corporativo de la UC Matías Zegers, Vittorio Marcello Corbo y Julie McPherson del grupo Artemis, entre otros. Delhaes adelanta que están preparando ya una segunda versión de este evento.
Las redes en Chile
Para operar, la mayor parte se agrupan en redes que gestionan el contacto con los emprendedores que necesitan el capital. Corfo apoya a seis redes a través del programa redes de capitales ángeles que entrega a estas entidades $80 millones anuales de manera decreciente para que operen gestionando la conexión entre los proyectos y los interesados.
Entre éstas se encuentran la red de inversionistas ángeles Chile Global Angels de la Fundación Chile, la red de inversionistas ángeles Proyecta Chile, las llamadas alternativas para financiar emprendimiento femenino del Club de mujeres empresarias y la plataforma electrónica de inversión de la Cámara Nacional de Comercio.
El último año sumaron otras dos: Santiago Angels de la consultora Ascender que se enfoca en proyectos de minería, infraestructura, energía, TI, biotecnología e industria alimentaria, entre otras, con un rango de inversiones entre los US$25.000 y los US$500.000.
Actualmente se encuentra en proceso de evaluación de ocho propuestas de inversión que incluyen empresas de ingeniería, tecnologías de la información y agrícola.
El segundo fue la red de Dad Neos. Su socio principal, Allan Jarry, explica que la filosofía de un inversionista ángel debe ser que el emprendedor siga siendo el principal dueño de su proyecto, y que muchos inversionistas en Chile tienen un concepto errado de su función y tratan de adquirir la mayor parte del start-up.
“El emprendedor debe seguir siendo emprendedor y no puede pasar a ser un empleado. De lo contrario, mata el emprendimiento que en esta etapa necesita toda la energía y el dinamismo”, afirma.
Jarry explica que el concepto en el que se basan es “smart money”. “No es que ponga un cheque y le pida rendir cuentas. Mi smart money es apoyo con redes de contacto, sugerencias, consejos, etc. No es control. Me voy a juntar con él si es necesario para ver en qué esta, como un mentor”, agrega.
Este concepto los ha llevado a ser el único fondo chileno con acuerdo con Wayra global para convertir con ellos en las mismas condiciones, “es decir, a mí me llega cualquier idea que ellos invierten bajo la figura de poner US$50.000 por el 10% del proyecto y a mí me dan el mismo derecho de invertir en la misma condición de ellos”, explica Jarry.