Si bien en el reciente ranking de competitividad 2018 del Banco Mundial, Chile avanzó dos puestos ubicándose en el lugar 55°, el informe de 2017, publicado en octubre de 2016, mostraba la posición más baja del país desde que se inició la medición, situándose en el puesto 57, y que ahora tiene a la medición en el centro de la polémica.

De acuerdo al reporte 2017, Chile se ubicó en la última posición dentro de los países de la Alianza Pacífico, siendo superado por México, en el puesto 47 del ranking global del Doing Business, y que fue la economía mejor clasificada de la región, seguida de Colombia (53), Perú (54).

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El Doing Business consideró que Chile tenía dificultades en la inclusión de género, uno de los indicadores que se incluyeron en el estudio de este año. En esa oportunidad el ranking consideró nuevos indicadores, entre ellos uno que apunta a la inclusión de género, considerando: apertura de la empresa, cumplimiento de contratos y registro de propiedad. En este último, Chile se ve perjudicado, al ser el único país de la OCDE donde "las mujeres casadas no tienen igualdad de derechos de propiedad con los hombres casados", se lee en el informe.

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Por otra parte, el informe del Banco Mundial destacó que la regulación para proteger el empleo puede ser contraproducente, incluso para la redistribución. Así, ejemplifica con un estudio (Montenegro y Pagés, 2003) que muestra que en Chile "el endurecimiento de las normas de seguridad laboral se asocia con menores tasas de empleo".