Doha sólo cumplió con las expectativas y lo que se esperaba que ocurriera ahí, en la COP18 o Cumbre de cambio climático, era mínimo. Una renovación del protocolo de Kyoto, que hoy se reduce a los países que emiten sólo el 15% del CO2 del mundo, y, negociar las bases de un nuevo acuerdo vinculante de reducción de emisiones que recién vería la luz en 2015, para entrar en vigencia en 2020.

Se le pedía poco y dio lo justo. Así fue Doha a la luz delo que reportó la prensa internacional y del propio relato de una de las negociadoras chilenas en el encuentro, Andrea Rudnik, jefa de Cambio Climático del ministerio de medio ambiente.

“No se esperaba sacar nada del nuevo acuerdo en Doha. Se acordó que el Protocolo de Kyoto va a terminar el 2020, porque la Unión Europea no quería que quedara un vacío entre el segundo período y el nuevo régimen (que empezaría a regir en 2020)”, explica.

Uno de los puntos que generó fricción fue la postura de Ucrania, Polonia y Rusia, que tienen a su haber bonos del llamado aire caliente, que la UE no quería que ellos pusieran a la venta, pues dañarían el proceso real de disminución de emisiones. Finalmente los potenciales compradores se comprometieron a no hacerlo.

Fuera del mundo europeo, todo está en veremos. En la COP 17 se acordó que para 2015 se debería acordar un nuevo régimen de reducciones que, esta vez, debería incluir a todos los grandes emisores. En Doha se confirmó que así deberá hacerse y, además, se estableció una especie de hoja de ruta.

“Ahí las señales son que el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, va a organizar una reunión de líderes mundiales en 2014 y ahí lo más probable que ocurra, es que un par de líderes (debería estar Obama, el premier de China), deberían comprometerse a este nuevo régimen en 2015. Para llegar a un acuerdo legalmente vinculante en 2015, tenemos que tener un texto de negociación a más tardar en la COP de 2014”, explica Rudnik.

¿Y qué pasa con 2013? “Va a ser un año de reflexión. El modo que tenemos de negociar en las Convenciones de Cambio Climático es súper distinto de otros foros multilaterales. El proceso es muy engorroso y muy lento. La reflexión que vamos a tener el próximo año es también un cambio de paradigma sobre cómo estamos negociando”, sigue la jefa de cambio climático.

Para Chile las cosas siguen más o menos igual que antes de Doha. En la COP18 se hicieron gestiones para lograr financiamiento para algunas NAMAs (Acción Nacional de Mitigación Adaptada), pero allá se encontraron con que los  dineros habrá que pedirlos vía postulación.

“Estuvimos haciendo varias reuniones bilaterales, pero al final los países vamos a tener que postular a distintos fondos que se están creando para el desarrollo de NAMAS. Alemania anunció US$1,8 billones, Reino Unido anunció US$2,2 billones. Son platas que no entran al fondo verde”.

El fondo verde se trata de US$ 100 mil millones que los países desarrollados deberían ofrecer a los países en desarrollo, para que éstos puedan crecer sin contaminar, con implementación de tecnologías limpias, entre otras medidas, que implican un alto costo y un eventual freno a su crecimiento.

A pesar de la lentitud del proceso, Rudnik cree que Chile se verá en el escenario de tener que suscribir un acuerdo vinculante de reducción de emisiones. “Eso hace más gravitante los procesos internos para prepararse para el nuevo régimen a todo nivel. Tanto a alto nivel político, como de las industrias. Hay que hacerles ver que de aquí a tres años vamos a tener que hacer un proceso de preparación fuerte, para ver efectivamente con cuánto se puede comprometer Chile. Me preocupan los privados, los veo con la cabeza en la tierra, como una avestruz”.

Eso sí, Chile se comprometerá en la medida que todos los grandes emisores lo hagan. Si Estados Unidos o China no firman el nuevo régimen. Chile tampoco lo hará.

Debes saber

¿Qué ha pasado?
Se acaba de realizar la Cumbre de Cambio Climático en Doha, Qatar.

¿Por qué ha pasado?
Hay evidencia científica de que la temperatura del planeta está aumentando por acción humana y esto tendría efectos devastadores. La manera de frenar este cambio es reduciendo emisiones de CO2, que es lo que se discute en estas cumbres.

¿Qué se concluyó?
En esta última cumbre o COP18, se resolvió prolongar un segundo período del protocolo de Kyoto hasta 2020. Además, se resolvió  que en 2015 debería haber un acuerdo vinculante para todos los países.