La reforma al sistema de pensiones de Brasil para reducir su carga sobre las cuentas del Gobierno no cuenta todavía con suficientes votos para ser aprobada en el Congreso, dijo ayer el ministro a cargo de las negociaciones políticas en el Gabinete.
La ley de reforma a la previsión social es la piedra angular de la agenda legislativa del presidente Michel Temer, quien busca reducir el déficit presupuestario de Brasil. El Gobierno desea someter el proyecto a su primera votación en la Cámara baja del Congreso en la semana del 19 de febrero.
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Pero Temer no cuenta con los votos y muchos legisladores en su coalición están renuentes a apoyar una impopular medida de austeridad antes de las elecciones generales de octubre.
En declaraciones ante empresarios en Río de Janeiro, el ministro Carlos Marun dijo que "muchos" legisladores estaban indecisos sobre si ofrecer su respaldo a la reforma de pensiones, que debe ser aprobada dos veces por cada una de las cámaras con una súper mayoría de tres quintos.
En la Cámara de Diputados, la ley requiere de al menos 308 votos para recibir la luz verde.
El martes, Marun dijo a periodistas que el Gobierno tenía "cerca de 270 de votos asegurados" y que estaba trabajando contra el reloj para convencer a más legisladores.
El ministro indicó que el Gobierno brasileño estaba abierto a sugerencias sobre formas de "mejorar" el proyecto de ley, que ya ha sido diluido para ser más atractivo para el Congreso, reduciendo el impacto en los ahorros fiscales.
En tanto, los sindicatos de Brasil aprobaron la convocatoria de una "jornada nacional de lucha", que iniciará el 19 de febrero, en rechazo a la reforma del sistema de pensiones y jubilaciones del gobierno.