Mientras miles de manifestantes eran frenados con gases lacrimógenos y balas de goma por efectivos de seguridad afuera del Congreso de Argentina, en una jornada parlamentaria que tenía previsto el análisis de la cuestionada reforma de pensiones de Mauricio Macri.

Luego de que la oposición denunciara represión en las inmediaciones, pasada las 14:30 (local), el presidente de la Cámara, Emilio Monzó, abrió la sesión especial asegurando la presencia del quórum de 129 diputados en el recinto.

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Minutos más tarde un grupo de parlamentarios eufóricos pedía la suspensión de la convocatoria, calificándola como ilegal irrumpiendo en el salón.

En medio del tumulto, hubo incidentes entre los mismos parlamentarios y la diputada por la Ciudad de Buenos Aires, Elisa Carrió, no solo llamó a levantar la sesión ante los hechos de violencia que se desencadenaban afuera del edificio, sino que además prometió un bono para los jubilados. "Se va a aplicar. Ya lo hemos negociado. Si no, no me hubiera sentado en la banca", aseguró.

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Pero desde la vereda peronista, Pablo Kosiner, criticó al oficialismo por intentar imponer una ley en medio del rechazo popular.

Sin duda, los últimos días no han sido fáciles para el gobierno de Macri, porque pese a sus intentos de avanzar en materia de reformas el apoyo a los proyectos del Ejecutivo se ha visto cuestionado al interior y exterior del parlamento, entre manifestaciones que paralizaron las avenidas de la capital trasandina.

Tanto así, que la misma Confederación General del Trabajo decidió desactivar el paro nacional convocado para hoy, pero mantuvo el estado de alerta, mientras la Casa Rosada condenó los incidentes y la violencia en torno al debate de la reforma previsional.

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