El Presidente de Eslovaquia aceptó el jueves la renuncia del primer ministro, Robert Fico, y pidió a su número dos que forme un nuevo Gobierno, mientras líderes políticos trataban de sofocar una crisis provocada por el asesinato de un periodista.
La muerte de Jan Kuciak, de 27 años, que investigaba un fraude en el que estaban implicados empresarios con vínculos políticos, ha generado la indignación popular por la corrupción, provocando las mayores protestas en el país centroeuropeo desde la caída del comunismo hace casi tres décadas.
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Entre llamados a convocar a elecciones anticipadas, el gobierno de coalición tripartito acordó el miércoles que Fico dimitiría, siempre que el presidente Andrej Kiska permitiera al partido Smer, del primer ministro saliente, elegir a su sucesor.
Kiska se ha enfrentado con Fico durante la crisis y lo había instado a un cambio de Gobierno para restablecer la confianza pública.
La crisis en Eslovaquia, miembro de la Unión Europea, la eurozona y la OTAN, ha empañado la imagen de Fico. La última encuesta realizada por el instituto Focurs reveló que un 62% de los eslovacos estaban a favor de su renuncia, mientras que un 13% pensaba que debería mantenerse en el cargo.
El alcance
Según el ahora ex primer ministro de Eslovaquia, su salida se debe a "la explotación sin escrúpulos por motivos políticos de la muerte de dos jóvenes", haciendo referencia a Kuciak y su novia Martina Kusnirova, que fueron encontrados muertos a balazos hace dos semanas en una casa cerca de Bratislava.
Sin embargo, desde la oposición apuntan contra Fico en el marco de un gran escándalo de corrupción por los supuestos vínculos entre altos funcionarios pertenecientes a ese gobierno y la mafia italiana.
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