Un plan republicano de impuestos trata las ganancias de los fondos de cobertura y de capital privado como un ingreso ordinario en lugar de ganancias de capital, reviviendo la amenaza de mayores impuestos a la administración de activos alternativos, la que ha emergido desde el boom del sector hace más de diez años.

Dave Camp, el presidente republicano del comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes, dio a conocer ayer un plan de reforma de impuestos de gran envergadura diseñado para bajar las tasas de impuestos a la renta para casi todos los individuos y compañías de EEUU, a la vez que limita algunas de sus más preciadas exenciones tributarias.

Una propuesta como la desarrollada por Camp ha sido por mucho tiempo el objetivo de las empresas de EEUU, pero asegurar el apoyo político para eso será excepcionalmente difícil, dado que algunas industrias se opondrán rotundamente a parte de sus provisiones.

Entre los objetivos, está el sector de las acciones privadas, el cual se beneficia de sus ganancias, conocidas como "intereses vendidos", al pagar impuestos a su tasa más baja de capital en vez de la tasa más alta que se le aplica a los sueldos.

La propuesta de cambiar este tratamiento fiscal ha estado merodeando el Congreso desde el boom de las acciones privadas hace una década, antes de la crisis financiera, pero nunca logró ganar fuerza.

Los impuestos preferenciales de los gestores de compras causaron roces en la campaña presidencial de 2012, con los demócratas atacando a Mitt Romney, el candidato republicano, por los bajos impuestos que pagó antes, cuando trabajaba en Bain Capital, una firma de capital privado.

Los lobbistas de la industria de capital privado atacaron el plan de Camp. Incluso con el mayor impuesto individual cayendo de 39,6% a 25%, el ingreso del interés enfrenta un nuevo impuesto adicional de 10% bajo el plan, elevándolo de nuevo a 35%.

"Es decepcionante que Camp haya elegido diferenciar las firmas de capital privado, inmobiliarias y la inversión en capital de riesgo precisando un aumento de impuesto de 40% que desalentará la inversión" dijo Steve Judge, presidente del Consejo de Capital Privado y Crecimiento de Capital.

David Rubenstein, cofundador de Carlyle, una gran firma de capital privado, rechazó que fuera una amenaza, diciendo que no seguiría adelante en 2014.

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