Aún no se conocía el primer cómputo de la jornada y las prematuras proyecciones en comunas emblemáticas ayer por la tarde se transformaron en sinónimo de derrota en La Moneda.

Minutos antes de las 20.00 horas ya se asumía como un duro golpe la pérdida de Santiago y Concepción, dos comunas consideradas emblemáticas en la contienda municipal. Y es que el retorno de las dos capitales regionales a manos de la Concertación no estaba ni en el peor de los cálculos del gobierno.

Si bien se presumía que los resultados en varias comunas serían desfavorables, pero estrechos, la imagen de derrota en Providencia, Ñuñoa y otros bastiones identificados históricamente con la Alianza terminaron por sellar un panorama adverso.

Pese a ello, la primera reacción del gobierno fue la de prescindencia de la derrota y el presidente Sebastián Piñera puso énfasis en la baja participación ciudadana, la que calificó como una “señal de alerta”. Sólo minutos después el ministro de Defensa, Andrés Allamand, fue el primer funcionario del Ejecutivo en asumir el golpe, al hablar de un “resultado objetivamente adverso” y reconocer que “esta no ha sido una buena elección para la centroderecha y el gobierno”.

Como sea, en la última semana fuentes de palacio comentaban que un mal resultado electoral ponía el acelerador para apurar el esperado cambio de gabinete, que podría concretarse a más tardar el 12 de noviembre, cuando el mandatario inicie una gira a Europa.

Si hasta hace días las dudas apuntaban a si el ajuste ministerial incluiría o no a los presidenciables, ahora se suma la incertidumbre sobre el tamaño de la modificación que decidirá impulsar Piñera. Ello pasa por la posibilidad de ampliar la salida de ministros para reforzar la plantilla parlamentaria del oficialismo de cara al próximo año.

Altas fuentes de La Moneda admiten que en los próximos días enfrentarán la fuerte presión de los partidos de la Alianza para amarrar la salida de figuras de tonelaje político y cartas seguras para las parlamentarias 2013. Y es que si hasta hace poco se daba por seguro que el cambio de gabinete sería acotado, ahora en el gobierno reconocen que la mala performance de ayer en las urnas podría llevar a reformular el diseño del ajuste ministerial haciéndolo más amplio. En ese orden se habla de la posible salida de Luciano Cruz-Coke, Catalina Parot, Luis Mayol y Joaquín Lavín, a quienes podría sumarse Evelyn Matthei. De darse un escenario de esa envergadura, sin embargo, el fantasma del síndrome del pato cojo es el que genera mayor temor en algunos sectores del oficialismo.

LAS CAUSAS DE LA DERROTA
"Hay que hacer una revisión de nuestro trabajo", comentó una alta fuente de La Moneda ayer por la noche al asumir la derrota. Con números en mano, en el gobierno se acusó el golpe. El principal error en el que coincidieron en palacio fue la división con que enfrentó el oficialismo una serie de comunas, como La Reina y Recoleta, donde fueron candidatos descolgados de la coalición que terminaron favoreciendo el triunfo de la oposición.

Pero más allá de eso, el gobierno entró ayer a la cancha con un escenario de bajo respaldo ciudadano que se arrastra sostenidamente en el tiempo.

En términos gruesos, la baja de unos tres puntos en la votación de alcaldes de la Alianza fue el signo de fracaso en esta elección.

Con todo, en los próximos días se buscará resaltar una batería de triunfos para contrarrestar la imagen de derrota. En ese sentido es que se destacará la victoria en varias de las comunas más pobladas del país. En ese grupo se consideran municipalidades como Puente Alto, La Florida, Viña del Mar, Las Condes, San Bernardo, Valparaíso y Temuco, donde ganó el oficialismo.

A ello se suman un paquete de triunfos en la zona del conflicto mapuche, como Ercilla, Padre Las Casas, Alto Biobío y Lonquimay, y otro en la zona devastada por el terremoto del 27 de febrero de 2010, como Constitución, Rancagua, Talca, Hualañe y Cobquecura.

Con esos antecedentes, ahora el gobierno entra al área chica para definir su hoja de ruta de cara a los 16 meses que restan de gestión hasta el 10 de marzo de 2014. Y la consigna apunta a mostrar como uno de los principales activos de la actual administración el crecimiento económico.