Una de las carreras presidenciales más importantes de los últimos cuatro años a nivel global llega hoy a su fin. Porque si bien en muchos estados de EEUU ya llevan un mes votando, el grueso de los electores sufraga hoy. Los últimos sondeos y probabilidades hablan de que Hillary Clinton sería la próxima Presidenta: el sitio que más ha acertado en elecciones presidenciales anteriores-FiveThirtyEight- apunta a que la candidata demócrata tiene casi 70% de probabilidades de ser elegida. El temor que ha inyectado el candidato republicano, Donald Trump, no sólo en los inversionistas, sino en la población hace que hoy todo el mundo tenga los nervios de punta. Partiendo por la idea de construir un muro que separe a su país de México y una deportación masiva de inmigrantes ilegales, Trump ha pasado por ideas tan creativas como llamar al Presidente de EEUU, Barack Obama, el “fundador de ISIS” y asegurar que buscará encarcelar a Hillary Clinton si es que es elegido Presidente. También, como todo populista que se precie de tal en Estados Unidos, ha apuntado su ira directamente hacia las élites corporativas, aunque paradójicamente él sea parte de ellas. Si las encuestas están en lo cierto, la primera potencia mundial no debería correr riesgo de caer en manos populistas. Eso, a menos que se revele un importante voto oculto a favor de Trump que los sondeos y expertos no detectaron.