Por Fernando Gómez

Últimamente hemos leído bastante el nombre Rio Tinto (RIO) en la prensa local, considerando que sería uno de los interesados en adquirir el paquete de 32% de las acciones de SQM que está vendiendo Potash Corp. De prosperar esta adquisición, no sería la primera vez que RIO invierte en Chile, ya que actualmente posee el 30% de Escondida, uno de los mayores yacimientos cupríferos del mundo. Sus resultados provienen de una compleja estructura de empresas filiales y coligadas, las que explotan minerales como hierro, aluminio, cobre, uranio o zinc, y se distribuyen alrededor del planeta. Actualmente sus ingresos alcanzan US$34.000 millones y su capitalización bursátil bordea los US$100.000 millones.

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RIO es un actor relevante en hierro (3ro a nivel global), aluminio (3ro) y cobre (7mo), mercados que en conjunto tienen un tamaño de US$375.000 millones. Asimismo, estas tres materias primas explican cerca del 90% de la utilidad consolidada de RIO (antes de interés minoritario).

Hace 5 años la compañía puso en marcha una serie de iniciativas para contrarrestar los efectos de menores precios de las materias primas. En este sentido, la reducción de costos (operacionales, exploración y evaluación minera) entre el cierre de 2012 y el cierre del 1S17 acumulaba US$8.200 millones. De modo similar, desde su peak registrado a mediados de 2017, la deuda neta de la compañía se ha reducido en US$14.500 millones, lo que en parte se ha explicado por casi US$8.000 millones en desinversión de activos.

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Por otra parte, la compañía está buscando elevar la productividad de sus operaciones para agregar hasta US$5.000 millones de flujo de caja libre a partir de 2021 (US$1.500 millones el primer año). Para alcanzar este objetivo, RIO está invirtiendo en la optimización de sistemas de trenes, automatización de camiones y taladros, mejoras en calendarización y planeamiento de faenas mineras (en hierro), mayores volúmenes y un mix con mayor valor agregado en aluminio, la optimización de distintos procesos en minería de cobre, y el desarrollo de minería subterránea y optimización de operaciones a cielo abierto en carbón, entre otras iniciativas.

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A pesar de la volatilidad y temores generados por las negociaciones del Brexit, el buen momento de los precios de las materias primas -como el hierro o cobre- ha llevado a las acciones de RIO a niveles que no se observaban desde fines de 2014, rentando casi el doble que el FTSE-100 en los últimos 12 meses. El múltiplo P/U forward (12 meses) de RIO actualmente se ubica en 12,4 veces, lo que representa un premio de +12,7% respecto a su promedio de 5 años y un descuento de -15,6% respecto al FTSE-100. Si bien los analistas son cautelosos respecto a la visibilidad de resultados 2018 y 2019, estos sí están incorporando el positivo impacto del plan de productividad, anticipando una utilidad neta de US$8.772 millones al cierre de 2021 (en comparación al acumulado de 12 meses de US$7.190 millones al cierre de junio de 2017). P

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* El autor es socio de DVA Capital.