"Se opuso rotundamente a una co-administración", señalan quienes conocieron a Robert Rivas en el marco de la negociación con los acreedores de La Araucana, a la hora de describir el carácter del ahora interventor de Masvida. Mientras bancos y bonistas proponían que el presupuesto de la entidad fuera aprobado por la comisión conformada por éstos para negociar, el hombre designado por la Suseso en 2015 se mostró contrario. Algo que para los acreedores fue tomado como una señal de tozudez.
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Sin embargo, quienes trabajaron con él recuerdan que durante gran parte de su vida profesional trabajó en la Superintendencia de Pensiones, como jefe de control financiero y luego como jefe de la división de control de instituciones, para posteriormente pasar a la Superintendencia de Casinos como jefe de fiscalización. Dos entidades que marcaron su sesgo pro-regulación, incluso a la hora de buscar alternativas para darle viabilidad a la caja.
"Era como estar negociando con el regulador", sostiene uno de los acreedores de La Araucana, quien agrega que en un principio las tratativas fueron complejas pues Rivas tenía una serie de prejuicios respecto de los privados. "Pero una vez que esto se aclaró, se convirtió en una contraparte muy razonable", señala la misma fuente.
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A las 9:00 horas Rivas llegaba en su camioneta a las oficinas de la caja ubicadas en el Santiago Centro desde su casa en Calera de Tango, las que abandonaba 12 horas después. Fueron $189 mil millones en bonos y $236 mil millones en préstamos bancarios los que el interventor debió renegociar, proceso en el que además el regulador sectorial sancionó al ex directorio y la misma caja por una serie de infracciones normativas y a la ley. En este proceso, Rivas se apoyó en los asesores que fue convocando.
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"Le costaba darse a entender con bonistas y bancos, se ponía nervioso", dice alguien que estuvo presente en las reuniones. Sin embargo, la situación empezó a aclararse una vez que se rodeó de un equipo conformado por personas de Econsult y Contador y Cía.
A ellos, se sumó la llegada de Eduardo Santibáñez como gerente de finanzas de la caja, alguien que si bien venía de la clasificadora Fitch Rating, había trabajado en la Superintendencia de Bancos entre 1983 y 1994 . "Se transformó en una de sus cercanos, compartían la visión pro-regulación", sostiene una fuente.
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Ingeniero comercial de la Universidad Católica y MBA de la Universidad de Chile, Robert Rivas aún se mantiene como asesor del directorio de La Araucana, aunque su nueva designación como interventor de Masvida podría provocar su alejamiento de la entidad que rescató. "Lo primero que hará Robert será estudiar la industria y su regulación para entenderla a cabalidad y eso es un trabajo de tiempo completo" señalan fuentes cercanas.