Era el segundo semestre de 1997. Rodrigo Cerda debía compatibilizar su tiempo entre su función como profesor del Instituto de Economía de la Universidad Católica, preparar sus exámenes para ir a la Universidad de Chicago, realizar investigaciones para la propia casa de estudios, preparar su matrimonio y así y todo tenía tiempo para asistir los fines de semana al estadio a ver a la Universidad de Chile, el equipo de su pasión. "Eso lo podía hacer, porque una de sus principales cualidades es la serenidad", señala uno de sus cercanos. Pero el fanatismo por el club azul no comenzó en su época universitaria, sino que mucho antes, cuando desde pequeño, su padre lo llevaba junto a su hermano, Sebastián -también economista- al estadio para seguir los pasos del Ballet Azul. "Conocimos desde chicos el país siguiendo a la Universidad de Chile. Mi papá era muy fanático y nos llevaba a los partidos. Fue en los tiempos malos del equipo e incluso cuando estaba en segunda división asistimos a todos los partidos en Santiago y regiones cuando eran a lugares cercanos", rememora su hermano Sebastián Cerda.
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Ambos estudiaron su educación básica y media en la Alianza Francesa, y desde ahí se forjó su cercanía como hermanos, tanto que ambos siguen la misma profesión.
Quienes lo conocen desde su época universitaria lo describen como un alumno de bajo perfil hasta que cursó cuarto año de Ingeniería Comercial en la Universidad Católica. Ahí en la cátedra que dictaba Juan Eduardo Coeymans comenzó a sobresalir dentro de sus pares. El economista Aldo Lema recuerda que en esa época su señora era ayudante de esa cátedra y por su excelencia académica recomendó a Cerda para que los ayudara como investigador asistente en un informe macroeconómico para empresas que realizaba Lema junto al economista Álvaro Donoso.
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Luego de su estadía en la UC emprendió viaje a Estados Unidos para estudiar su doctorado en Economía en la Universidad de Chicago. Entre 1998 y 2003 estuvo dedicado a esa tarea. En ese período tuvo cercanía con el premio Nobel de Economía Gary Becker, y el economista y uno de los más reconocidos profesores de esa universidad, Kevin Murphy, quien fue su director de tesis. Con ambos comenzó a escribir sus primeros documentos que lo fueron acercando a las políticas públicas. Sus cercanos afirman que su paso por Chicago lo marcó profesionalmente. En el plano familiar, durante su permanencia en EEUU nacieron dos de sus cuatro hijos.
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A su regreso a Chile, en 2004, volvió al Instituto de Economía de la UC. Ahí conoció a Felipe Larraín, con quien comenzó a forjar una cercanía que luego lo llevó a convertirse en jefe de asesores y coordinador macroeconómico cuando el economista se convirtió en ministro de Hacienda durante el primero Gobierno de Sebastián Piñera. También realizó papers con Fernando Coloma, con lo que se fue instruyendo aún más en el desarrollo de las políticas públicas.
Sus redes son más técnicas que políticas y su círculo cercano lo integran la consejera del Banco Central, Rosanna Costa; el economista Aldo Lema, el ex ministro de Hacienda, Felipe Larraín; y el académico Juan Eduardo Coeymans. También algunos de los integrantes de Clapes-UC.
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No tiene tantas redes políticas, si bien sus más cercanos son los diputados Ernesto Silva (UDI) y Nicolás Monckeberg (RN), no milita en ningún partido, pero lo relacionan con la visión de centro derecha. Juan Eduardo Coeymans lo califica como "un alumno brillante", y como "el cerebro en el Ministerio de Hacienda". Lema añade que una de sus cualidades principales junto con su nivel intelectual es "su capacidad para trabajar en equipo".
"Es un buen jefe, convoca, diálogo y mantiene un buen clima laboral en un ambiente tenso de trabajo, lo que es bien notable. Además, es muy leal para trabajar", recuerda un ex funcionario de Hacienda del primer Gobierno de Piñera. Por ello, quienes han trabajado con él mencionn que tiene atributos para cargos complejos como el de la Dipres
Otras personas sostiene que su paso por Hacienda fue bastante desgastante, ya que se trabajó bastante durante los fines de semana. Pese a ello, su vida familiar no se vio afectada.
Durante las últimas semanas Rodrigo Cerda ha sido el principal nombre para ocupar la Dirección de Presupuestos (Dipres), aunque sus cercanos señalan que también le podría gustar algún otro puesto de carácter técnico como la Superintendencia de Pensiones o la Comisión para el Mercado Financiero. No obstante, también suena como consejero del Banco Central en el cupo de Sebastián Claro.
En el plano familiar, Cerda tiene cuatro hijos: dos mujeres, de 17 y de 15, y los hombres de 10 y 9 años. Su hermano Sebastián aclara que hoy Rodrigo sigue ocupando sus tiempos libres en seguir a la Universidad de Chile, pero su principal hobby cambió, ya que ahora los fines de semana disfruta a su familia. "Ahora los fines de semana acompaña a sus hijos a sus actividades deportivas. En eso ocupa su tiempo libre".